Charlie Noyes y Doug Feagin, de Paradigm, se preguntan las razones por las que juegos y blockchain (fully onchain games) presentan tan fuerte relación, prácticamente desde el arranque de blockchain. El interesante post empieza resaltando el efecto llamada producido por el concepto aplicación descentralizada. Algo que suena bien; pero que también es fuente de problemas. Por otro lado, la reflexión va más allá de la directa recompensa de los jugadores, a través de tokens del juego. Se centra en los fully onchain games (juegos enteramente en cadena).
Fully onchain games
Más allá de tal planteamiento y tales conceptos, destaca un atractivo especial: la posibilidad de generar nuevos contenidos en el juego propuesto. Hace algún tiempo que los estudios de diseño y producción de juegos digitales se dieron cuenta de que no todo era cuestión de generar contenido, por excelente y atractivo que este fuera. Los juegos tenían que enganchar a los jugadores por el mayor tiempo posible.
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Se trataba de producir jugadores fieles. Pues bien, la fórmula no estaba en ofrecer el juego más completo, sino el que alimenta la fidelidad desde su incompletitud inicial, permitiendo que sea desarrollado por terceros. Una posibilidad que hace que la relación con los juegos pueda alargarse hasta el infinito, ya que el juego es infinito. De esta manera y aunque suene paradójico, el juego más completo es aquel que en mayor medida puede completarse. Así, el juego puede estar constantemente presentando novedades, siendo un juego original.
Los juegos digitales tradicionales podrían tener miles de posibilidades y alternativas, a lo largo de su transcurrir. Algunas podían ser muy sorprendentes al principio. Pero como los jugadores también pasaban cientos y cientos de horas jugando -e intercambiando experiencias en sus comunidades- el juego acababa por agotarse. Es aquí donde entra la oportunidad de los juegos que ofrecen a los usuarios las herramientas para generar nuevos contenidos.
Cadena de ensamblaje de creatividades
El desarrollo de nuevos contenidos en los juegos existentes tiene retos técnicos y políticos. Sobre lo segundo, han de establecerse los mecanismos para que una novedad sea aceptada, especialmente teniendo en cuenta que está la posibilidad de que se introduzcan novedades socialmente poco aceptables, ya sea por su mal gusto o carácter insultante. El terreno es resbaladizo. Es en los dos aspectos, técnico y político, donde entra blockchain.
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Especialmente entran los denominados juegos enteramente en cadena (fully onchain games). Modalidad por la que, a través de smart contract, los “nuevos jugadores-desarrolladores” sobre el desarrollo del juego-base aceptan una serie de condiciones, asumiendo responsablemente el cumplimiento de reglas, a la vez que se establecen las recompensas al “nuevo jugadores-desarrolladore” por las innovaciones incorporadas.
Todavía hay problemas técnicos que superar, pero el concepto está en marcha. Su atractivo: la creatividad del juego está en la posibilidad de recrear el juego. Y la relación con la creatividad es también infinita, una vez puesto en marcha el círculo creativo. Un círculo que encadena creatividades. Todo en cadena. De la alienante cadena de ensamblaje, traída por Ford desde los mataderos a la industria del automóvil, pasamos a la cadena de ensamblaje de creatividades. El que sea excitante o alienante está por ver.
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