La empresa Chainlink ha publicado un informe en el que se establece el estado de los activos digitales tokenizados y, de cara al futuro, sus oportunidades. Como todo informe de estas características, tiene, al menos, una doble lectura. Por un lado, desde los intereses del emisor. De manera más o menos explícita, nos está vendiendo sus productos y servicios.
Otra lectura es la que atiende a los argumentos. A la justificación, en términos de los franceses Boltanski y Thévenot. Sobre todo, cuando los argumentos se fijan más en los contextos presentes y futuros del objeto analizado, que en las supuestas bondades del emisor del informe y sus productos y servicios. Y la pertinente argumentación de Chainlink en esos contextos es lo que hace valioso el documento. Un documento que traza un claro camino histórico de los activos digitales tokenizados: desde la revolución de la descentralización, a la normalización.
Activos digitales tokenizados
El punto de partida es la representación del estado actual de los activos digitales tokenizados, así como de su futuro inmediato. Ese futuro en el que las estimaciones parecen más sólidas por la cortedad del tiempo. Pues bien, en este futuro que hoy todo el mundo sitúa en el año mágico de 2030, como el año en el que todo se va a cumplir, se establece que hasta el 10% de todos los activos serán digitales; mientras que el mercado de los activos tokenizados podría alcanzar los 16 billones de dólares estadounidenses.
Radiografía del mercado de Activos Reales Tokenizados (RWA)
Ahora bien ¿qué significa normalización en una sociedad y una economía en la que parecen haberse perdido buena parte de los referentes de “lo normal”? Pregunta difícil, que nos contentaremos respondiendo casi de manera tautológica: es normal lo que la sociedad, la gente, considera normal. Cuando algo es extensamente percibido por la sociedad como normal. Sin embargo, hay un matiz de relevante valor en el informe de Chainlink en la concepción de normalidad: su integración plena en el ecosistema financiero.
Blockchain, matriz de la tokenización de activos
Es decir, que los gestores y profesionales de este ecosistema financiero vean como normal producto y servicio de su trabajo el manejo de los activos tokenizados. Por supuesto, no son incompatibles ambas concepciones. Incluso, desde cierta perspectiva, podría decirse que se alimentan mutuamente y están estrechamente vinculadas. Sin embargo, ya sabemos que esto de la mediación ha sido siempre mirado con recelo desde el prístino marco de valores cripto y Blockchain, matriz de la tokenización de activos.
Robinhood y Revolut también quieren emitir stablecoins para ganar dinero
Por cierto y aunque parezca contradictorio con lo dicho anteriormente, el primer paso hacia la normalización de estos activos tokenizados se encuentra en su propia tecnología de base. En el uso de las blockchains, más que estandarizadas. Una normalización por la vía de la estandarización tecnológica. Una normalización de una tecnología que añade una gran eficiencia a la gestión de los activos tokenizdos. Una tecnología sin apenas costes de fricción y con bajos costes operativos. Especialmente a partir de la automatización de procesos, derivada del uso de los contratos inteligentes (smart contracts), y siempre accesible: las veinticuatro horas del día, todos los días de la semana, de todas las semanas del año.
Stablecoins colaterizadas con el dólar estadounidense
Otro de los pasos hacia la normalización de los activos tokenizados, parte de los activos digitales, parece haberse dado con las stablecoins. Especialmente las colaterizadas con el dólar estadounidense. Las stablecoins han sido la medicina adecuada contra la imagen de volatilidad de estos activos tokenizados. Una volatilidad que los situaba en una especie de limbo de anormalidad continua. Normalización es sinónimo de estabilidad.
Así, ahora estaríamos en una fase intermedia del proceso de normalización de los activos tokenizados. Continuar por este proceso requiere superar barreras cognitivas. Es decir, superar inercias del pasado. Lo normal tiende a situarse en el pasado, en lo que se ha hecho toda la vida. Salir de la burbuja de lo totalmente asimilado, conocido y rutinariamente practicado, de lo que ha sido normal, hacia una nueva normalización cognitiva sería la fase en la que nos encontramos. Superar estas barreras conlleva trazar puentes entre lo conocido y lo nuevo por conocer. Es aquí donde se presentan dos hitos necesarios para tal normalización cognitiva.
JP MORGAN Y DEKABANK SE UNEN PARA LIDERAR LA TOKENIZACIÓN DE BONOS
El primero de los hitos apuntado en el informe, aun cuando el orden de los factores es irrelevante, está relacionado con la existencia de instituciones que certifiquen la seguridad y grado de riesgo de los productos que se adquieren. La normalización cognitiva pasa por la certificación, que es que instituciones socialmente reconocidas nos digan que algo es cierto.
Agencias de calificación
Se señala así la necesidad de agencias de calificación del riesgo, que publiquen sus indicadores de calidad de los activos tokenizados, como hacen con la calidad crediticia de entidades o países. Como hacen con, por ejemplo, los bonos, marcas como Moody’s, S&P, Fitch. Agencias que expongan las respectivas triples A, las B las C o el signo que, quizá, se invente, a cada tipo de activo tokenizado. Argumento interesante, pero que suena un poco a autopromoción del emisor del informe. Difusos ecos de autopropuesta.
El segundo de los hitos es el que tiene que ver con la mediación bancaria de los mismos. La comercialización de los activos tokenizados por parte de las entidades financieras conocidas y que, aunque cada vez menos, todavía están a pie de calle. Tras los acontecimientos de los últimos decenios, ha de reconocerse que la relación con los bancos se ha enrarecido.
Sobre todo, en algunos países y entre específicas categorías de la población, como ocurre con los jóvenes, ya nativos digitales. Pero ese “estar ahí” parece que puede ayudar a la normalización cognitiva. Al fin y al cabo, es normal lo que nos hemos acostumbrado a ver cotidiana y materialmente. Y aunque se cierran sucursales, particularmente en los pueblos, las vemos en las aceras de las ciudades. Paradójicamente, los bancos participando en el enraizamiento de algo tan digital, tan líquido y tan prolíquido, como los activos tokenizados. La presencia bancaria -más que la mediación bancaria- ayudaría a la extensión social, cultura y, como consecuencia, a la capitalización del mercado de activos digitales.
Inyección de liquidez para la economía
La inyección de liquidez que supondría, para el conjunto de la economía, la extensión de los activos tokenizados podría ser enorme. Algunos la califican como de revolucionaria. El mismo informe hace referencia a tal posibilidad. Entrarían en la liquidez del sistema financiero bienes que actualmente tienen difícil liquidez, como los bienes inmuebles (edificios, fincas) o las obras de arte. Una liquidez por la vía del fraccionamiento de los mismos obtenida gracias a la tokenización. Pero, para ello, hay que normalizar los activos digitales tokenizados.
Es difícil saber lo que es normalizar en tiempos de tanta mudanza, en la política, en la sociedad, en la economía. Pero, a pesar de ellos, normalizar ayuda. Que los activos tokenizados lo consigan con una reconocida y solvente clasificación del riesgo y entrada de las instituciones financieras a pie de calle en su comercialización tiene fundamento. El camino para estos dos hitos está ya bastante iniciado. Hitos necesarios. Otra cosa es que sean suficientes.
- Bitcoin, de la insoportable volatilidad de las cripto a ser reserva corporativa - 6 octubre, 2024
- La normalización de los activos digitales tokenizados - 29 septiembre, 2024
- Las criptomonedas y el pánico hacia la autonomía - 22 septiembre, 2024