Llueven los artículos construidos sobre el tema la aplicación de la inteligencia artificial (IA) a tal o cual materia de estudios superiores. Artículos motivados, en gran parte, por la también frecuente convocatoria de monográficos de revistas especializadas sobre el desarrollo de la IA en los específicos campos. Todo esto en el último año y medio. Es decir, a partir del impulso de ChatGPT. Como si antes no hubiera habido IA.
LA CAJA NEGRA DE LA IA NECESITA LA TRANSPARENCIA DE BLOCKCHAIN
Por otro lado, buena parte de estos artículos están hechos con ayuda de distintas aplicaciones de IA. Se consigue así gran eficacia en poco tiempo: publicación rápida con poco esfuerzo. La cuestión es hasta qué grado son interesantes tales aportaciones. A veces, al usuario interesado, tal vez le convenga ir directamente a las propias aplicaciones. No son pocos los autores que inyectan más confusión, que claridad. Claro está, depende de los casos y siempre es difícil generalizar. Pero una buena parte de estos artículos huele a cierto oportunismo académico, escritos por autores sin antecedentes publicados en interés en el seguimiento de las innovaciones tecnológicos. Es el oportunismo que sigue, como una especie de estela, a lo que se convierte en mainstream.
Artículos IA
Se trata de artículos que empiezan justificando la relevancia de la IA en el espacio universitario, bajo el argumento principal del potencial importante papel que va a tener la IA en ese campo profesional. Es decir, de la profesión enseñada se va a la profesión de la enseñanza. Dicen cosas como: “será fundamental en las rutinas de la futura profesión X”.
Se añade una breve explicación de lo que significa IAG (inteligencia artificial generativa). Una explicación que tiende a quedarse en lenguaje Wikipedia, sin establecer la diferencia con los estados anteriores de la IA, ni con los que seguramente nos encontraremos muy pronto, con las máquinas superinteligentes. Marco para presentar la frase repetida hasta la saciedad: “las aplicaciones de la IA proporcionan un eficaz y eficiente recurso para la docencia universitaria”.
LAS TITULACIONES UNIVERSITARIAS CON MAYOR EXPOSICIÓN A LA IA
Después, se presentan algunas aplicaciones de IA interesantes para el desarrollo de la asignatura. Es aquí donde la voz de la propia IA y, en concreto, de ChatGPT se hace más evidente. Pocos son los trabajos que nos hablan de su ejecución concreta en los cursos y los resultados obtenidos con el uso de esta herramienta. La mayor parte se queda en la presentación del catálogo de aplicaciones.
Estandarización en la Universidad
Si nos ciñéramos a estos artículos, diríamos que lo que la IA está generando es una vuelta de rosca más en la estandarización y homogeneización de la universitaria española. Tienen la misma estructura y hablan prácticamente de lo mismo. Y, como he dicho, parece que quien habla es la propia IA, a través de sus aplicaciones más populares, como ChatGPT o Copilot, que bebe de la primera.
LA IA Y EL PROCESO DE «ARTIFICIALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD»
He de confesar cierta ambivalencia con respecto a estos artículos. Seguramente son necesarios. Como una especie de palanca de apoyo para la divulgación de la IA. Pero tienden a ser tan poco estimulantes y, sobre todo, poco originales, que dejan un amargo sabor de boca. Eso sí, los propios artículos alertan del peligro de marginar el uso del pensamiento profundo y la reflexión con la IA.
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