Educar a nuestros hijos para que la IA no sea su capataz

Dan Fitzpatrick, muy seguido divulgador de las consecuencias de la inteligencia artificial en la educación, recomienda educar a nuestros hijos para crear un futuro donde la IA trabaje para nosotros. La preocupación sobre las consecuencias de la IA (inteligencia artificial) condensa realmente la preocupación por el futuro. Puestas así las cosas, cualquier cuestión puede pasar al ya amplio catálogo de las preocupaciones. Una de tales preocupaciones, muy presente entre las encuestas de opinión de los últimos años, es si nuestros hijos vivirán peor que nosotros.

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Claro está, pregunta hecha donde más se hacen encuestas de opinión, que es en los países desarrollados, que han gozado de cierto bienestar durante los últimos seis decenios, y donde desde hace al menos un par de lustros la idea fundamental del progreso, de que la sociedad iría a mejor, ha dejado de tener la fuerza que tiene. Pues buen, conectado con esto viene la IA. Las consecuencias que tendrá la IA para las generaciones venideras.

Educar a nuestros hijos

Hasta ahora, en función del empleo, la productividad, la forma de educarse y adquirir conocimientos. Por supuesto, si el grado de autonomía que pudiera adquirir la IA abriría un tiempo de gran exposición a que éstas acabasen con la Humanidad. La preocupación es variada y enorme. Pues ahora viene la preocupación de la relación entre la IA y nuestros hijos en clave de poder. ¿Quién mandará?

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Dan Fitzpatrick, muy seguido divulgador de las consecuencias de la inteligencia artificial en la educación, se pregunta en la revista Forbes si la IA será el jefe de nuestros hijos. Por el momento, se había hecho constancia de la ayuda que la IA está ofreciendo a los responsables del departamento recursos humanos de las empresas, para la selección de personal. Pero ahora parece abrirse la posibilidad de que la IA sea la directora de ese departamento o de otros.

Tal vez se trate de algo distinto a los que se entiende por jefe en las sociedades en las que el sector de servicios de la producción es ampliamente dominante. Se trata más bien de que la IA puede desempeñar las funciones de una especie de capataz. Es decir: distribuye tareas y paga por tarea realizada, una vez que ha comprobado su realización.

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Materias lejos de de la IA

Son de tareas realizadas a distancia y, en la mayor parte de los casos, parece que de poca cualificación. Así, parece un modelo bastante parecido al que ya aplican algunas plataformas, como Uber, Cabify, etc. Tareas que, tarde o temprano, terminarán haciendo máquinas. Mientras esto llega, tienen cierta tendencia a tratar a los que trabajan para estos capataces como máquinas. Para quienes puedan escaparse a esta especie de destino, Fitzpatrick les aconseja que se eduquen en materias y habilidades que estén lejos de ser capturadas por las máquinas.

Realmente Fitzpatrick se lo aconseja a padres, educadores y diseñadores de políticas públicas. Su mayor consejo es educar a nuestros hijos para crear un futuro donde la IA trabaje para nosotros.