¿Existe realmente la descentralización de las finanzas? ¿Son las DeFi una excusa para disfrazar servicios centralizados que se asientan en blockchain para parecer lo que no son? ¿Es todo una elaborada mentira? ¿Cuál ha sido la influencia de The DAO en las DeFi?
Las respuestas a todas estas preguntas están repletas de matices, pero podemos estar seguros de algo: las blockchains tienen, en su mayoría, buenos niveles de descentralización. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de las DeFi.
Las DeFi nacieron con el discurso de la descentralización de la industria financiera en su ADN, pero la tarea es harto compleja. La mayoría de los protocolos no son descentralizados en su totalidad. Una de las justificaciones es que el control centralizado es fundamental para dotar de seguridad a un ecosistema que maneja miles de millones de dólares.
Así, en el caso de que algo vaya muy mal, alguien podrá apretar el botón de emergencia y evitar la catástrofe. Forma parte de la naturaleza humana. A nadie le gustaría saber que el barco en el que ha embarcado no cuenta ni con una bengala para pedir auxilio cuando se encuentre en medio de una tormenta y con altas probabilidades de hundirse,
En el ámbito financiero, para invertir en un pool de inversión, los señores del dinero necesitan saber, como mínimo, con qué protecciones cuentan en caso de una emergencia en el sistema. Como es sabido, el precio de las criptomonedas puede ir del cielo al infierno en minutos y las ganancias de un año pueden quedar hechas añicos en unos pocos días de bull market.
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La volatilidad se acepta, pero no el ticket sin retorno al desastre
La volatilidad de las criptomonedas, en mayor o menor medida, es un riesgo aceptado por los inversores. Sin embargo, los errores derivados de un problema estructural en el protocolo no son aceptados. The DAO, la primera estructura DeFi de Ethereum, es un buen ejemplo. The DAO era descentralizada y todos estaban felices porque era un logro importante.
Sin embargo, un error en el smart contract terminó con el sueño de la descentralización absoluta de las finanzas. El error costó más de 50 millones de dólares, la división de Ethereum por un hard fork y algo vergonzoso e impensable: la reescritura de una blockchain para no dejar huella de un robo. De esta manera, quedaba depositada en la basura la premisa de la inmutabilidad blockchain.
Con lo sucedido en DAO, los desarrolladores aprendieron que programar aplicaciones de finanzas descentralizadas de forma segura es una tarea titánica. Mucho más, teniendo en cuenta que muchos de los factores relacionados con dicha seguridad no están en sus manos. La segunda lección aprendida es que la descentralización total acarrea graves problemas en caso de emergencia y de acción inmediata.
Las lecciones aprendidas dan sus frutos
La caída de The DAO condujo a los desarrolladores a una visión diferente: la necesidad de establecer cierto grado de centralización en los protocolos DeFi. Por ello, los diferentes protocolos DeFi desarrollados con posterioridad al suceso de The Dao implementan funciones que evitan que acciones maliciosas tengan un impacto negativo en la estabilidad del protocolo.
Sin embargo, los vehículos de ataque cada vez son más sofisticados. A veces, incluso la misma volatilidad de las criptomonedas juega en contra de los protocolos. El primer ejemplo son los flash loans, préstamos concedidos sin garantía y que pueden pagarse en una misma transacción de smart contract. Los flash loans solo pueden hacerse en el ecosistema DeFi, pero han sufrido varios ataques y robos en los últimos meses.
El segundo ejemplo podemos verlo en MakerDAO, cuyo sistema se volvió inestable por una bajada en el precio del Ether. El delicado equilibrio de colaterización se rompió y el protocolo perdió dinero de sus inversores. Sin embargo, la situación se logro solventar rápidamente y no hubo que usar su Emergency Shutdown. Para protegerse de otras situaciones similares, MakerDAO ha diseñado nuevos mecanismos con los que poder dosificar la descentralización cuando sea necesario, centralizando otros procesos críticos para dejarlos disponibles en caso de emergencia.
Dicha función en MakerDAO es un ejemplo de centralización. Es pequeño, pero existe. MakerDAO no es el único con esa función. Compound, el protocolo que ha logrado arrebatarle el número uno en DeFi, también tiene dicha función. Se maneja de manera privada y solo la empresa Compound Labs Inc tiene acceso al mismo.
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La descentralización incompleta de las DeFi y su futuro
Practicas como la de MakerDao o Compound, que generan distintos grados de descentralización, son comunes. Por ejemplo, protocolos como SALT, BlockFi, Nexo, Celsius o YouHodler, son completamente centralizados. A diferencia de proyectos como Dharma, AAVE, MakerDAO, Compound, bZx, Fulcrum, dYdX o Balancer, que cuentan con mayor o menor grado de centralización de acuerdo a sus modelos de funcionamiento y desarrollo.
Por tanto, la descentralización absoluta en DeFi no existe. La hubo una vez, con The DAO, pero la historia da lecciones que difícilmente se olvidan. La descentralización completa, tal y como mostró The DAO, puede ser contraproducente.
Como consecuencia, resulta poco probable, al menos en el corto plazo, que veamos una verdadera descentralización de las finanzas, seguras y accesibles para todos. La blockchain da herramientas para hacerlo posible, pero construirlo es un reto mayor que crear la blockchain misma. Quizá haga falta otro genio como Satoshi Nakamoto para transformar el ecosistema.
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