OCDE y las criptomonedas, oportunidad y riesgo para la economía mundial

Los pronunciamientos institucionales de OCDE hacia las criptomonedas las señalan como una oportunidad y un riesgo para la economía mundial. Ya sabemos que Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE  es una organización intergubernamental, integrada por 36 países, casi todos los más desarrollados económicamente del Mundo. Otra cuestión es que se sepa muy bien cuál es su función.

En el frontispicio institucional se establece que su objetivo es conseguir la coordinación de las políticas económicas y sociales. En la práctica, se ha convertido en una especie de gran think tank semipúblico encargado de emitir periódicos informes en los más diversos campos. Por ejemplo, crecimiento económico o educación. Informes que, al menos, son escuchados por los líderes mundiales.

Proyecciones en el campo de las finanzas

Al menos, con el mismo interés que leen FT o WSJ. Con el valor añadido de que hablan directamente a los oídos de los distintos gobiernos que integran la organización. Así que, aunque hablan bajo, lo hacen muy cerca del poder institucional, como el constituido por los ministros de Finanzas o Economía de los países que componen el G20.

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Pues bien, la OCDE se ha venido mostrando muy interesada en blockchain desde hace unos seis años, especialmente por sus proyecciones en el campo de las finanzas, publicando distintos informes al respecto. En 2018, creó el Centro de Políticas Blockchain, teniendo como función principal el apoyo al Comité de Mercados Financieros (CMF) de la propia organización. De cara al futuro, se encuentra preparando el foro global de políticas de blockchain, que tendrá lugar en París, ciudad que alberga la sede de la propia OCDE, entre los próximos 30 de septiembre y el 1 de octubre.

Junta Asesora de Políticas de Expertos de Blockchain

El último paso relevante lo dio el pasado mes de enero, creando un grupo de expertos de alto nivel, destinado principalmente a aconsejar a los países a la hora de diseñar sus políticas y legislaciones específicas al respecto. La Junta Asesora de Políticas de Expertos de Blockchain (BEPAB), que así se llama oficialmente este grupo, está compuesta por 93 expertos.

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Dichos expertos representan a 45 gobierno o a instituciones como la Comisión Europea o el Parlamento Europeo. Pero también representan a bancos centrales, instituciones académicas y a distintas empresas, como Facebook, Everledger, R3 o Consensys. Entre los 93 expertos destacan los españoles César Perez-Chirinos, presidente del Grupo de Estándares de Blockchain de UNE, y Moisés Menendez, integrantes de varios proyectos blockchain. Perez-Chirinos se encuentra en representación del sector público y Menéndez, del privado y académico.

Encuesta sobre criptoactivos

Poco antes, en diciembre de 2019, la OCDE publicó los resultados de una encuesta sobre criptomonedas en los mercados asiáticos. El título: Cryptoassets in Asia. Consumer attitudes, beahaviours and experiences. El marco justificativo del estudio contiene las mismas premisas que van a caracterizar los pronunciamientos institucionales de la organización al respecto: las criptomonedas son una oportunidad y un riesgo para la economía mundial.

El estudio está financiado por el Gobierno japonés y se centra en Malasia, Filipinas y Vietnam. Se trata de una muestra online de tres mil individuos mayores de 18 años, a los que se pregunta sobre su educación financiera en el mundo de los criptoactivos. También incluye –con una muestra reforzada- su percepción de las ICOs.

Más allá del indudable interés de los resultados del estudio, puede leerse como un reflejo de la posición institucional sobre el asunto. Especialmente, cuando la encuesta tiene un perfil experimental, estando ya considerada su aplicación a otros lugares del mundo. El hecho de que China, Suecia y Suiza hayan manifestado la posibilidad de crear sus respectivas stablecoins está detrás de la iniciativa.

Más de la mitad quiere tener criptomonedas

Algunos de sus principales resultados llaman la atención: el 80% son conocedores de los criptoactivos, el 30% posee criptoactivos. Ahora bien, “solo” el 16% mantiene tokens derivados de ICOs. Tal vez estos resultados haya que recibirlos desde cierta precaución, ya que se trata de una muestra online, sin conocerse los detalles de los procesos de selección de los que responden.

Pero, aún así, apuntan a un uso extendido de los criptoactivos; aunque solo sea entre la población mejor formada de esos países. Entre otros llamativos resultados, se encuentra el hecho de que más de la mitad, el 53%, quisieran tener criptomonedas.

La OCDE habla y está dispuesta a hablar de blockchain y criptomonedas. Parece interesada en dejar claro que blockchain y las criptomonedas están aquí y que no se puede mirar hacia otro lado, como si no pasara nada. Pero ¿en qué sentido habla? ¿cuál es “su política” al respecto?

Dificultad para el consenso

En su informe titulado Desafíos Fiscales Derivados de la Digitalización, de 2018, avisaba sobre la complejidad del asunto y apunta algo tan importante como la divergente posición de distintos países. Y eso que apenas se centra en la actividad de las multinacionales y el sistema tributario internacional.

El informe pone sobre la mesa la dificultad para un consenso. Por ello, este informe tiene una lógica de provisionalidad, aplazando una aportación más consolidada para este año 2020. No obstante, se propone la creación de diversas herramientas prácticas para intensificar la cooperación entre administraciones tributarias y examinará también las repercusiones fiscales de las nuevas tecnologías. Como las criptomonedas y la tecnología de contabilidad distribuida o blockchain.

Contabilización estadística

Pero, sobre todo, hay que resaltar la representación de las criptomonedas como una amenaza, cuando dice que ponen en serio peligro los logros conseguidos en materia fiscal en los últimos años. Así, en un lenguaje bastante críptico y, sobre todo, nada comprometido, señala a las criptomonedas como una oportunidad y, a la vez, una amenaza para los gobiernos.

A finales de 2018, la preocupación de la OCDE sobre las criptomonedas se proyecta en su contabilización estadística, ya que se pone de manifiesto cómo los activos en criptomonedas, haciendo especial referencia a bitcoin, no se encuentran registrados en las contabilidades nacionales.

A destacar: la consideración como activo de las criptomonedas por parte de la OCDE; la constatación de que algunos gobiernos y bancos centrales las están admitiendo como activos, con la misma consideración que otros activos. También a destacar: la falta de determinación de la residencia de las entidades implicadas en las transacciones con criptomonedas, como un obstáculo para la medición de flujos y depósitos en las mismas.

Blockchain como gran libro de registro

En marzo del año pasado, 2019, la OCDE publica en su web un artículo del profesor de la Facultad de Económicas de Varsovia, Ciupa Katarzina, titulado Cryptocurrencies: opportunities, risks and challenges for anti-corruption compliance systems.

La amplitud del título lo dice todo, insistiendo en esa doble cara, como oportunidad y como riesgo de amparar la corrupción. En su defensa, el economista polaco aboga por una aproximación armonizada del asunto y el gran papel que puede jugar blockchain como gran libro de registro. Pero, como en el informe de 2018, el compromiso de la institución es mínimo.

El pasado 13 de febrero publica su informe sobre la economía digital en el que propone reformas:  El informe tiene como horizonte práctico servir de documento base para lograr el consenso hacia finales de año. Su centro sigue siendo el sistema tributario internacional y la preocupación por el control fiscal de las grandes corporaciones.

Tasa sobre ingresos globales

De hecho, son dos medidas las que se propone principalmente discutir: una tasa del 4% sobre los ingresos globales de esas corporaciones o sobre la superación de ingresos por encima de los 100 mil millones de dólares. Todo ello, en un horizonte de reducción de las diferencias en presión fiscal de las distintas jurisdicciones. Como se reconoce en el propio informe, realmente están poniendo los ojos sobre unas cien grandes multinacionales.

El progresivo, pero muy lento, pronunciamiento de las instituciones sobre las criptomonedas por parte de la OCDE puede considerarse el comportamiento tipo de las instituciones. En especial de aquellas de carácter intergubernamental que requieren el consenso tras cada paso.

Para ello, se nutren de foros, reuniones, congresos, comisiones, equipos de expertos, estudios, etc. Mientras tanto, como indican los resultados de la encuesta que la propia OCDE ha impulsado en Asia, la gente empieza a usar las criptomonedas de forma habitual, no siendo ya un ente extraño, del que nunca se ha oído nada. Tal vez por eso, porque no están reguladas.

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Javier Callejo
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