Los estadounidenses han decidido. Y lo han hecho de una manera bastante clara, frente a esa imagen de estrecho margen y encarnizada disputa que proyectaban los sondeos pre-electorales. Los ciudadanos de Estados Unidos han decidido que Donald Trump vuelva a ser su Presidente. Y lo han hecho atravesados de razones, justificaciones, intereses, pasiones y, sobre todo, información.
Desprecio a la capacidad de discernimiento de los votantes
Cualquier análisis de este resultado electoral en clave de desinformación de la sociedad es una muestra de la desinformación de su firmante y un manifiesto desprecio a la capacidad de discernimiento de los votantes. Análisis existentes desde cenitales atalayas institucionales que todavía no se pueden explicar por qué la gente puede pensar como piensa, siendo distinto a como ellos piensan. Pues sí, nos guste o no han votado a Trump. Y lo han hecho con consciencia de lo que han votado. Como en todo proceso electoral democrático. Y lo equivocado es suponer que prácticamente una sociedad entera se ha equivocado.
La compra de 1 millón de BTC por parte de EEUU disparará el precio de bitcoin
La sociedad estadounidense ha optado por un candidato. Y muchos de estos votantes poseen criptoactivos. Se estima que hasta 52 millones de estadounidenses los tienen. Sería exagerado que este factor ha decantado el resultado; pero no deja de ser un factor más en la cesta de un candidato que se pronunció más explícitamente a favor de los criptoactivos que su contrincante, quien apenas se ataba al mantra de la necesidad de una regulación que protegiera a los usuarios. Puede que los poseedores de criptomonedas no sean los que han decidido el resultado a favor de Trump; pero tal vez sí que han condicionado el fracaso de Harris, a la que miraban con desconfianza, especialmente cuando sobre ella se erigía la sombra de Biden.
Las criptomonedas
La industria de las criptomonedas se implicó en la campaña como jamás lo había hecho antes en unas elecciones presidenciales. Gastó un total de 238 millones de dólares estadounidenses. Si tomamos como indicador las donaciones directas, puede decirse que apostaba en mayor medida por Trump, que recibió 22 millones de dólares de la industria cripto; frente a 12 millones que recibió Harris. El resto estuvo distribuido entre diversos candidatos. Y fuentes bien informadas de la propia industria, como Brian Armstrong (Coinbase), afirmó que habían sido elegidos 219 candidatos pro-cripto para la Cámara de Representantes y el Senado.
El apoyo a la industria cripto fue más explícito por parte de Trump. Por ello, esta industria lo ha celebrado. Más allá de las vaporosas promesas de convertir a Estados Unidos en el líder de las finanzas cripto, hubo promesas concretas de Trump, como la de despedir al presidente de la SEC -la Comisión de Valores de los Estados Unidos- considerado enemigo de las cripto por esta industria. De hecho, buena parte de la industria cripto ha vivido el triunfo de Trump como propio. Y la forma de festejarlo ha sido la cotización de bitcoin. Es el principal lenguaje de esta industria.
Tras la celebración, vendrán las actuaciones concretas. Esto ya será a partir de enero de 2025. Cuando se celebren 16 años del nacimiento de Bitcoin. Lo que hasta ahora puede ser visto como una especie de milagro -su mantenimiento, a pesar del desprecio o la directa oposición- pasa a una nueva fase histórica destinada a cambiar el mundo.
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