HUMAN Protocol, la cadena global de trabajo fabricada en blockchainHUMAN Protocol, la cadena global de trabajo fabricada en blockchain

Más allá de las criptomonedas y las finanzas, con las DeFi, los proyectos blockchain más atractivos y exitosos están inscritos en el diverso sistema de las industrias culturales y del entretenimiento. Desde la cultura a las marcas de lujo. Desde el deporte a los conciertos masivos. O desde los NFTs a los videojuegos. Blockchain ha mostrado su músculo cotidiano preferentemente en el consumo. Un consumo que, no puede dejarse a un lado, se pone a disposición de los consumidores porque hay trabajo detrás. Es un consumo que genera trabajo. Pero blockchain está preferentemente en el consumo.

Sociedad, tokenización y consumo

La sociedad se está tokenizando alrededor de lo que actualmente es su corazón: el consumo. Como dice el sociólogo, premiado con el Príncipe de Asturias, Zygmunt Bauman nuestras sociedades son sociedades consumistas. Con ello, no está estableciendo una condena moral sino que pretende ser una descripción de la parte económicamente más desarrollado del planeta: sociedades en las que el consumo ha desplazado al trabajo como campo preferente de identidad y organización social. No se trata de individuos consumistas, sino de sociedades consumistas, en las que estamos todos. Desde tal marco, es explicable que el éxito de blockchain haya estado en el consumo.

Qué es Human Protocol, la blockchain del mercado de trabajo

Sin embargo y sin intención de polemizar aquí con el sociólogo de origen polaco, la organización social se ha constituido históricamente a partir de cómo se ha organizado la división social del trabajo. Es lo que nos han venido diciendo los clásicos de la Sociología: Marx, Durkheim, Weber, por citar sólo los principales. Y aquí viene la pregunta ¿cuáles son las propuestas de blockchain con respecto a la organización social del trabajo? ¿dónde está la innovación de blockchain en el trabajo?

Autónomos frente aslariados

Los esbozos teóricos han destacado la “autonomización” inserta en la lógica del trabajo en blockchain. Con “autonomización” se alude a la figura institucional española del mercado laboral, de los trabajadores autónomos, frente a los trabajadores asalariados. Es decir, trabajadores autónomos que realizan servicios para entidades descentralizadas -por ejemplo, un medio de comunicación- y son recompensados en función del grado de recepción de sus productos entre los usuarios (lectores, por ejemplo) y la comunidad de clientes que gestionan (lectores que se convierten en sus lectores), a través de tokens.

Por su carácter programático-ideológico, ha destacado la propuesta de HUMAN Protocol. No es una cadena de bloques, pero utiliza blockchain para la realización y distribución de trabajos descentralizados y, sobre todo, para asegurarse de que el trabajo se pague. De hecho, la mediación de HUMAN Protocol consiste en producir confianza. Se centra en la verificación automática de transacciones y contratos a partir de una base hecha sobre la blockchain de Ethereum.

HUMAN Protocol trabajo

Resulta hasta paradójico que se trate de una mediación a través de blockchain, cuando uno de sus horizontes ideológicos abogaba por la superación de intermediarios. Pero la realidad es frecuentemente paradójica y contradictoria. Bueno, para ser más precisos, es la lógica o la teoría la que es paradójica. En la realidad, no hay paradojas.

Human Protocol registra 350 millones de tareas, gracias a la IA

Cuando completan las tareas, un programa informático (Oráculo de registro), constata la recepción de la tarea-respuesta. Otro programa (Oráculo de grabación), realiza una primera evaluación del trabajo realizado. Por último, un tercer programa (Oráculo de reputación), comprueba la evaluación hecha por el anterior programa, asigna una reputación al trabajador y remite los fondos -prepagados por el solicitante de la tarea- a la dirección wallet del trabajador.

Desde la perspectiva de la organización social del trabajo, la propuesta de HUMAN Protocol consiste en la creación de una especie de gran cadena de montaje descentralizada y global. Una especie de taylorismo blockchain en el que los proyectos, gran concepto condensador de nuestro tiempo, son divididos en miles de pequeñas tareas distribuidas a través de aplicaciones integradas, y procesadas con la ayuda de múltiples blockchains. El trabajo “en línea” es asumido como el viejo trabajo “en cadena”. La ya conocida cadena de suministros globales, que tanta lata nos viene dando desde el inicio de la pandemia, es articulada ahora con la cadena laboral global.

El derecho del trabajador se reduce a cobrar lo pactado. Algo que no es poco. Subyace más el trabajo a destajo, que una concepción fordista, en la que la inserción en la cadena de montaje, con el cumplimiento de la tarea encomendada, tiene vinculados expectativas sociales (vivienda, consumo de bienes duraderos) y derechos (salud, jubilación, educación).

División social del trabajo

Los demandantes de trabajo, de tareas, deben depositar cierta cantidad de dinero antes del encargo. Su comportamiento está seguido y vigilado por el Protocolo de HUMAN Protocol. Se puede llegar a sancionar con la no distribución de la oferta de tareas a realizar entre el continente de trabajadores disponibles.

Éste es el discurso programático de HUMAN Protocol. Un discurso que parece fundarse en la ganancia de confianza por parte de los trabajadores. Pero que, para evaluarlo habría que ver su funcionamiento entre los solicitantes, los “ofertantes” de tareas, exponiendo el nombre de grandes empresas a las que hayan prestado servicios. Algo que puede tener problemas, en consideración de la legítima confidencialidad que lleguen a exigir sus clientes. Pero sólo entonces podría evaluarse como un síntoma de las posibilidades de blockchain de cambiar el modo en cómo nos organizamos socialmente, a partir de cómo nos organizamos en la división social del trabajo.

 

Javier Callejo
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