EthicHub, la plataforma española de financiación colaborativa construida en blockchain, ha conseguido validad su modelo de negocio: los préstamos concedidos a los pequeños agricultores desbancarizados han sido devueltos sin inconvenientes.
A día de hoy, 60 pequeños agricultores, organizados en 3 comunidades distintas, han recibido unos 40.000 dólares en préstamos, gracias a EthicHub. Lo más relevante de la hazaña es que además de devolver el dinero con los intereses estipulados, los agricultores han solicitado más dinero.
“Estamos muy contentos. Es un hito muy importante para todo el ecosistema creado en torno a EthicHub. Estamos validando nuestro modelo de negocio… ¡y funciona!”. Con este entusiasmo se expresa uno de los fundadores de EthicHub, Jori Armbruster. Las Delicias, La Boquilla y San Rafael, las tres comunidades de pequeños productores de café en México seleccionadas para prototipar la idea de EthicHub han cumplido con los compromisos establecidos.
Ethichub, dinero para los agricultores
EthicHub nace con la misión de “romper las fronteras del dinero”. Así suele explicar Jori Armbruster el objetivo del proyecto. Ambruster, que se define como medio español y medio mexicano, siempre ha sido consciente de las terribles desigualdades del planeta, cuando se habla del precio del dinero. «Me resulta sorprendente las diferencias que existen en el mundo. En las zonas menos desarrolladas, la ausencia de dinero lo encarece hasta extremos insospechados. De hecho, los agricultores a los que nos dirigimos pagan intereses que superan el 100% anual. Y aún así son capaces de pagarlos porque tienen una actividad productiva muy rentable”.
Esta situación real se contrapone con otras regiones económicas del mundo, donde la abundancia del dinero produce el efecto contrario. «Es decir, apenas recibimos intereses por el dinero que tenemos en nuestra cuenta corriente. De ahí surge la idea de EthicHub, que no hubiera sido posible sin la tecnología blockchain».
EthicHub, el crowdlending en el que que ya confían 180 familias y 500 inversores
Jori indica que su propuesta busca que estos dos problemas se conviertan en la solución el uno del otro. «Creo que lo estamos logrando. Los “ethichubers” que han financiado los primeros préstamos han recibido un retorno del 15%, generando un impacto positivo con su dinero. Esto es así porque lo están destinando a la economía real y productiva y ayudando a que las personas trabajadoras se financien a tipos mucho más bajos”.
Muchos premios
Alrededor de la idea de buscar un beneficio para todos fue como se fue construyendo un proyecto que ya es funcional. La primera versión alfa de EthicHub ya está operando en una plataforma blockchain, logrando el reconocimiento del ecosistema blockchain y fintech de España.
En 2017, ganó el premio Blockchain4Humanity al mejor proyecto blockchain en la categoría de inclusión financiera. Un año más tarde, obtuvo el Spanish Fintech Award, a la mejor startup de impacto social. Más recientemente, en la Bienal Iberoamericana de Diseño, fue la propuesta más galardonada. Sumando los galardones: Diseño para el Desarrollo/Cooperación Española, Diseño y Emprendimiento y una mención especial en la categoría de Diseño de servicios.
La economía de la interacción de comunidades
Para Gabriela Chang, nodo fundamental de EthicHub, los premios son un sólido reconocimiento a la labor realizada. “Todos están dedicados a la comunidad de ethichubbers que nos ha apoyado desde el principio, aportando muchas ideas y financiando el proyecto y los préstamos”. La fascinación de Gabriela por la tecnología se produjo a medida que se incorporaba al equipo. En principio, para la edición de textos y contenidos. Pero según iba aprendiendo y estudiando las posibilidades de la tecnología, su trabajo en el equipo ha sido sobresaliente.
Gabriela es la creadora del MeetUp «Mujeres y Blockchain España». «Al principio era la única mujer en el equipo y creemos que debe haber más mujeres aportando ideas y experiencias, para desarrollar una tecnología más equilibrada”. Gabriela cree que blockchain puede cambiar la actual economía, basada en el capital, a otra basada en la interacción de las comunidades. «Estamos asistiendo a un cambio de paradigma global», afirma.
Llegar a más comunidades
Otro de los nodos que integran EthicHub es Íñigo Molero, veterano de la comunidad blockchain en España y uno de los autores del best seller “Blockchain, la revolución industrial de internet”. Molero se sumó al proyecto en las primeras etapas. “EthicHub reúne dos cosas que me fascinan, las posibilidades de la tecnología y cómo podemos y su uso para generar impactos positivos globales”. Confiesa su comodidad con el equipo, la filosofía subyacente al proyecto y el ambiente.
Iñigo explica que era muy importante prototipar el modelo y ver si funcionaba. «Organizar las comunidades, crear la plataforma, hacer llegar el dinero y que lo devolvieran de vuelta sin mayores inconvenientes”. Ahora que el modelo es válido, el reto es hacer de EthicHub una plataforma global, con presencia en otros países y cultivos. «Se calcula que hay cerca de 2.000 millones de personas desbancarizadas en el mundo, muchas de ellas, pequeños agricultores con actividades rentables. A todos ellos queremos llegar», dice Molero.
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