El papel que desempeña el dinero digital en la transformación digital es fundamental para conocer las posibilidades de la sociedad digital. En enero, tres meses antes de la declaración de pandemia, Deutsche Bank apuntó en un informe que utilizar monedas digitales como medio de pago podría ser común en un par de años. Entre otras cuestiones, el informe, publicado por Observatorio Blockchain, aludía al potencial del proyecto de criptomoneda de Facebook, con sus 2.500 millones de usuarios. También se refería al yuan digital de China.
Probablemente, si la encuesta en la que está basado el informe del banco alemán se hubiese realizado meses más tarde, los resultados aún serían más favorables para el dinero digital. Se habla del nuevo dinero. Del dinero digital emitido por bancos centrales, empresas, bancos comerciales o grandes tecnológicas. Solo hace falta mirar a nuestro alrededor para comprobar que durante estos meses, la transformación digital se ha acelerado en todas las industrias. Pero la transformación digital es imposible sin el dinero digital.
Inclusión digital y dinero digital
Conocer las posibilidades del dinero digital es conocer las posibilidades de la sociedad digital. Pero también es conocer algunos de los rasgos de esa sociedad digital. Por ello, en la ideología original de Bitcoin y Ethereum, no es casual su antiestatalismo. Tras él, se revela la crisis del estado del bienestar, la sobrecarga impositiva sobre empresas y ciudadanos o la amenaza del control centralizado. Más allá de él, la transformación de la estructura social, de manera que puede hablarse ya de la existencia de una clase obrera cosmopolita digital que es remunerada con dinero digital, y, en general, del hecho de que es imposible pensar en la inclusión digital sin dar un papel clave al dinero digital.
Tal importancia tiene el dinero en nuestras sociedades, desde la visión de la Historia con mayúsculas, que concentrar su gestión en bancos y gobiernos puede empezar a ser peligroso. Puede convertirse en una amenaza y una fuente de explotación.
Tasas, comisiones y control de los usuarios
Hay que tener en cuenta que el corazón de la explotación parece haberse pasado a la imposición de tasas y comisiones, y la de la información derivada del registro –y control- de los usuarios. Como nos avisan, entre otros, Cathy O’Neil (Weapons of Math Destruction), Shoshana Zuboff (The Age of Surveillance Capitalism) y Jaron Lanier (Ten Arguments for Deleting Your Social Media Accounts Right Now).
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La sociedad nos explica el dinero y sus transformaciones y, a su vez, el dinero nos explica la sociedad y sus transformaciones. Al fin y al cabo, el dinero está en el centro de nuestros intercambios, que, a su vez, son el centro de la sociedad. Poniendo un ejemplo de gran calado, no se puede explicar el cambio desde la economía feudal a la economía capitalista sin tener en cuenta la sustitución del pago en forma de servicios laborales o en especie por pagos monetarios.
A su vez, tampoco puede explicarse el ascenso de la clase social burguesa sin la expansión del comercio, que, a su vez, es facilitado por la extensión de los instrumentos de pago y la reinvención del dinero. Posiblemente nos encontremos en un momento histórico análogo, con ciertos parecidos; aunque nunca hay ni dos momentos ni dos acontecimientos históricos iguales.
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magnifico articulo Javier, mchas gracias! 🙂