futuro bitcoin

*Este artículo ha sido publicado antes en Coindesk. El tira y afloja sobre el futuro de bitcoin cada vez es más feroz. La batalla que enfrentan, por un lado, las corporaciones interesadas en sacar provecho del potencial disruptivo del sistema Bitcoin y, por otro lado, el sueño anticorporativo de un sistema financiero en el que el ser humano se sitúa por encima de los intermediarios institucionales, lleva teniendo lugar desde hace algún tiempo. Pero con la última subida de precios de bitcoin, la lucha se ha encarnizado.

Ahora, los pesos pesados de Wall Street se están moviendo. Y para sus componentes que tienen sus raíces en el criptopunk de Bitcoin, son precisamente estos los que constituyen el enemigo.

La actual implicación de Fidelity, Citibank, BlackRock y ahora MassMutual no tiene por qué ser la sentencia de muerte para el sueño humanista de Bitcoin. Todavía existe un camino hacia un modelo financiero más justo, abierto e inclusivo, incluso con estas instituciones que crecientemente invierten e implican sus servicios en bitcoin. Pero el camino hacia ese futuro ideal es menos directo e, inevitablemente, pasa por una intensa rivalidad.

Futuro de Bitcoin y la llegada de grandes nombres

Tampoco está claro si estas visiones en liza pueden coexistir a largo plazo. En cualquier caso, en un medio plazo que puede durar decenios, las tensiones persistirán y se intensificarán. En última instancia, quién gane y cómo gane es lo que importa.

El papel del dinero digital en la nueva estructura social

Seamos claros, muchos de los más antiguos fieles de bitcoin están entusiasmados con la llegada de estos grandes nombres.

En parte, porque su participación ha aumentado el precio de la criptomoneda, lo que deja contentos a los poseedores de bitcoin. También se debe a que estos recién llegados están finalmente comprendiendo que el verdadero sentido de la inversión en bitcoin se encuentra en que se trata de una reserva de valor digitalmente escasa. Esto supone una legitimación de todos los que han estado contando esto durante una buena parte del pasado decenio.

No obstante, todavía existe un conflicto intrínseco entre los intereses de las instituciones reguladas, conscientes de la obligación de cumplimiento de las regulaciones  y que apoyarán la imposición de regulaciones y controles que se establezcan sobre su propia participación, y quienes ven tales reglas y restricciones como barreras de entradas excluyentes para una extensa parte de la humanidad.

Imponer KYC

Un imán sobre esto el sistema KYC (Know Your Client) y AML (Anti-Money Laundering), las reglas “Conozca Su Cliente” y “Anti-Blanqueo de Dinero” que obligan a los bancos a recopilar datos de identificación de todos sus titulares de cuentas.

Este sistema significa que, allí donde Bitcoin toque al sistema financiero tradicional –lo que hará cada vez más frecuentemente en la medida que más empresas e instituciones financieras de renombre se sientan atraídas por él- existirá una creciente presión para que los proveedores de servicios cripto impongan el KYC y, a la vez, eviten tratar con los que no lo hacen.

La relación entre dinero cripto y dinero fiat está en los dibujos de Escher

El problema no es solo que KYC vaya en contra de la manera de entender el criptopunk la privacidad. Como comentamos en un reciente podcast de Money Reimagined, esta exigencia puede obstaculizar los objetivos de inclusión e innovación financiera.

Dinero sin Estado respaldado por el Estado 

Raoul Pal, CEO de RealVision e influyente macroinversor global, se encontró recientemente en medio de esta batalla tras tuitear a los bitconeros que les interesa KYC porque traería dinero institucional y acumentaría el valor de la moneda. Como apuntó alguien con una cuenta con el nombre SexyWebCamPor100x en una de las más de 700 respuestas a tal comentario, el tuit requería un meme de alguien dando una patada a un avispero.

La eficiencia del nuevo dinero que trajo Bitcoin amenaza al viejo dinero bancario

Pal es un influente analista sobre el lugar de Bitcoin en el futuro sistema financiero. Así que lo invitamos al podcast “Money Reimagined” de esta semana para hablar de su trifulca en Crypto Twitter. Para compensar, también invitamos a la columinista de CoinDesk, Jill Carlson, quien, entre otros méritos, es fundadora de Open Money Initiative, centrada en impulsar el acceso financiero y la libertad económica entre las comunidades desatendidas por el sistema financiero.

Necesidad de efecto red

Pal dio una explicación matizada de su posición. Dijo que, por un lado, habría que posibilitar que, tanto los actuales poseedores de bitcoin, como las instituciones, se pudieran “hacer ricos”; pero, también, que, para que el sistema sistema de Bitcoin sea una fuerza transformadora, necesita el “efecto de red”, del ingreso de más dinero en su espacio, lo que, a su vez, requiere una regulación favorable a las instituciones.

Bitcoin, la mayor apuesta a corto plazo

“Con la finalidad de cumplir sus ambiciones, la gente ha de darse cuenta de que se trata de un dinero sin estado… que ha de ser adoptado por personas que viven dentro de los límites de un estado soberano, por lo que lamentablemente tendrá que ser regulado, sin que apenas podamos hacer algo al respecto”, dijo Pal.

Algunos pueden ver una contradicción: para que Bitcoin concrete su poder como red “sin estado”, el estado debe ejercer más control sobre ella. Pero donde Pal pone el acento es en la secuenciación. Señala que primero debemos pasar por un proceso de adaptación oficial al sistema existente, para impulsar el trayecto de Bitcoin en la “Ley de Mecalfe”. Una vez que se convierta en una red ubicua, estará en condiciones de desafiar adecuadamente ese sistema.

No KYC y AML a nivel de protocolo

De hecho, como señaló Carlson, lo positivo, para aquellos que creen en el potencial disruptivo de Bitcoin, es que “no se va a implementar KYC y AML a nivel de protocolo”. Dado que “no hay nada intrínseco a Bitcoin que pueda ser regulado, aplicado o controlado de esa manera”, en este nivel siempre puede resistir la coerción oficial.

Pero también le preocupaba que la creciente invasión de requisitos a cumplir en las aplicaciones creadas sobre ese protocolo impida el acceso a él de las personas marginadas y económicamente excluidas.

Tokenización de bienes y la necesaria criptoculturización de las clases medias

Carloson explicó como LocalBitcoin, una red de intercambio peer-to-peer que alguna vez fue una “puerta de acceso a la libertad económica” en lugares que imponen controles de capital y otras formas de represión dineraria, ha “estado cada vez más bajo control y tiene que instituir más y más KYC y estándares y protocolos ALD”. Añadió: “Eso es un problema cuando hablamos de personas que no tienen ninguna identidad o que no están bancarizadas y son refugiados, etc.”

Entonces ¿a dónde va esto?

Siguiendo el camino trazado por Pal, primero debemos ver la propiedad como un activo de bitcoin ampliada. Una etapa durante la cual su precio aumentará drásticamente antes de alcancar la estabilidad. Solo entonces podrá adaptarse a un conjunto más amplio de casos de uso.

Una idea es que la aceptación universal proporcionará beneficios en clave de efectos de red a las soluciones de “capa 2” como Lightning, que podría permitir transacciones de poca cantidad y a bajo costo para todos.

El nuevo dinero digital y la clase obrera digital

Otra idea es que la aceptación universal de bitcoin como reserva de valor le permite evolucionar hasta convertirse en un activo de reserva social programable. Un activo que luego se convierte en una forma de garantía inteligente y ejecutable automáticamente, sobre la cual se pueden construir nuevas formas innovadoras de endeudamiento, préstamo y seguros. En teoría, podría reemplazar a los activos soberanos fiduciarios, como los bonos y los billetes del Tesoro de los EE.UU. Convirtiéndose así en la piedra angular de un sistema financiero global, uno que presumiblemente sería más descentralizado, con menos fricciones y costes, más innovador y con mayor accesibilidad.

Bitcoin, una red que hace lo que tiene que hacer

Pero ¿eso significa que aquellos que buscan un cambio humanista positivo deben esperar su turno? ¿Deben dejar que Wall Street se llene primero? ¿Y qué garantía hay de que solo porque se convierta en un activo institucionalizado también se convierta en un instrumento de pago y acceso financiero?

Es difícil contestar. Como Pal señaló en nuestra entrevista en el podcast: “La realidad es que lo que queremos que [Bitcoin] sea, como individuos, es irrelevante. Es una red que vive, respira y hace lo que tiene que hacer”.

Todo eso es cierto. Pero los individuos también tienen la capacidad de organizarse. Y para bien o para mal, la capacidad de presionar a los gobiernos para que introduzcan normas que influyan en la evolución de estos sistemas en red.

Por eso, este tira y afloja debe continuar.

*Este artículo ha sido publicado en Coindesk. Observatorio Blockchain cuenta con la autorización de su autor, Michael Casey, para su reproducción en español
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Por Michael Casey

Michael J. Casey es director de contenidos de CoinDesk. Anteriormente, fue director ejecutivo de Streambed Media, una empresa destinada a desarrollar datos de procedencia para contenido digital. También fue asesor senior en la Iniciativa de Moneda Digital de MIT Media Labs y profesor senior en MIT Sloan School of Management. Antes de unirse al MIT, Casey pasó 18 años en The Wall Street Journal, donde su último puesto fue como columnista senior, cubriendo asuntos económicos globales. Casey es autor de cinco libros. Entre ellos: "La era de las criptomonedas: cómo Bitcoin y el dinero digital desafían el orden económico mundial" y "La máquina de la verdad: la cadena de bloques y el futuro de todo", ambos en coautoría con Paul Vigna. Al unirse a CoinDesk a tiempo completo, Casey renunció a una variedad de puestos de asesoría pagados. Mantiene cargos no remunerados como asesor de organizaciones sin fines de lucro, incluida la Iniciativa de moneda digital de MIT Media Lab y The Deep Trust Alliance. Es accionista y presidente no ejecutivo de Streambed Media. Casey posee una pequeña cantidad de bitcoins.

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