El anuncio de la modificación del ratio de inflación de Ethereum ha generado gran controversia entre la comunidad cripto. La medida empezará a aplicarse a partir del próximo 6 de enero en el bloque 9.200.000.
El objetivo de esta decisión es extender la capacidad de Ethereum para poder seguir siendo minado utilizando el actual protocolo PoW Ethhash. Como ya ha sucedido en otras ocasiones, esta decisión ha vuelto a sacar a la palestra numerosos problemas técnicos y otros relacionados con el control de la red, sobre la que continuamente recae la sombra de la centralización.
Tim Beiko, gerente de producto en PegaSys, una compañía «con la misión de avanzar en la adopción y sofisticación de Ethereum dentro del mundo blockchain», ha precisado sobre los citados cambios que:
«No hay objeciones en la reunión, así que parece que tenemos un consenso aproximado para actualizar en el bloque 9,2 millones, retrasar la bomba de dificultad de 9 millones, y usar el nombre de Glaciar de la Montaña. Ahora se plantea la cuestión de qué hacer con las redes de prueba. No todas ellas tienen una bomba de dificultad»
La modificación en el código llevará a un nuevo hard fork en la red Ethereum y retrasará la bomba de dificultad desde los 9 millones a los 13 millones de bloques. Con esta decisión, los desarrolladores de Ethereum pretenden ganar tiempo hasta principios de 2022.
Sin embargo, se espera que Casper, el nuevo protocolo PoS de Ethereum, pueda estar listo para mediados de 2020. Los expertos consideran que las previsiones se cumplirán si todo marcha bien y no se detecta antes ningún problema técnico o de seguridad que evite la implementación del nuevo hard fork.
Todas estos cambios han generado gran revuelo en la comunidad, al considerarlos exagerados y contrarios a los principios de las criptomonedas. Incluso, hay quien compara las actuaciones de los desarrolladores de Ethereum con las de un banco central.
Contra la corriente de la criptomonedas
Ethereum es de las pocas blockchain que ocupan el TOP 10 cuya emisión es inflacionaria. Por ello, las repercusiones de la medida aún son largamente discutidas por especialistas criptofinancieros. Sin embargo, todos coinciden en que el valor del Ether podría aumentar exponencialmente si controlan su inflación. El ejemplo más claro de esto es Bitcoin, que en el momento de escribir este articulo tenía un valor 7.447 dólares, frente a los 149 dólares de Ethereum.
Muchos especialistas criptofinancieros están convencidos que la emisión inflacionaria de Ethereum perjudica el valor del Ether y que esta situación puede acentuarse con la llegada del protocolo Casper y su sistema PoS. Pero este no es el único temor que existe alrededor de Ethereum. La centralización que pesa sobre su desarrollo y la dirección económica son cuestiones que cada vez preocupan más a la comunidad.
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Las modificaciones en la bomba de dificultad y el aumento de emisión son solo una parte de dicho temor. La preocupación sobre el destino de Ethereum de muchos criptoentusiatas y personalidades importantes del mundo cripto empezaron tras los sucesos del hackeo de The DAO.
En aquella ocasión, la decisión de realizar un hard fork y modificar toda la blockchain para recuperar el dinero robado, fue fuertemente discutida. El argumento esgrimido fue el siguiente: ¿De que vale tener un medio inmutable si la decisión de un grupo puede cambiar eso?.
Fue ahí cuando algunos empezaron a pensar en Ethereum como un el banco central de las criptomonedas. La aparición de los tokens ERC-20, ERC-721 y el despegue de las Finanzas Descentralizadas (DeFi) han hecho el resto.
La descentralización como sueño lejano
Los desarrolladores de Ethereum argumentan que su red es descentralizada y democrática. Destacan que todas las personas pueden decidir sobre el futuro de la red a través de votaciones. Pero esto no es cierto del todo. Los nodos pueden votar y tener poder de decisión en lo que se hace o no en la red, pero la mayoría de dichos nodos están en posesión de unas pocas empresas.
De hecho, una de las criticas más fuertes a Ethereum en cuanto a la centralización tiene que ver directamente con su mayor ventaja técnica: los contratos inteligentes. Durante el uso de smart contracts, los titulares de monederos de ethers no pueden considerarse propietarios únicos de sus fondos. El motivo reside en que los custodios son los contratos mismos, lo que contradice los principios originales de la criptomoneda: tus fondos son solo tuyos.
Pérdida de control del dinero en los contratos inteligentes
Teóricamente, un contrato en ejecución puede realizar cualquier acción sin permiso del usuario. Aunque siempre es posible verificar la corrección de las acciones a través del código fuente, no todas las personas pueden o saben hacerlo. Así, cada vez que depositamos nuestro dinero en un smart contract, perdemos el control de dicho dinero, que queda en manos de quien haya diseñado el contrato.
El resultado es la centralización del poder en manos de quienes tienen la potestad de manejar dicho smart contract. Detengámonos por un momento en CryptoKitties, KyberNetwork o MakerDAO. En todos y cada uno de estos casos, quien ha realizado el smart contract tiene la potestad de controlar la totalidad de los fondos manejados en él.
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De hecho, confiando en que los desarrolladores de dichos smart contract obren de buena fe en todo momento, el hecho abre un punto único de fallo fatal. Lo vimos en los sucesos del intercambio OKEx, cuyos administradores tuvieron que suspender todos los depósitos de tokens ERC-20. O el descubrimiento de un error de contrato inteligente conectado con la vulnerabilidad del parámetro batchOverflow. La citada vulnerabilidad permitía a los atacantes generar una cantidad extremadamente grande de tokens y depositarlos en una dirección normal. Aspectos que hace que muchos de los tokens ERC-20 sean vulnerables a la manipulación de los precios de los atacantes.
Ethereum poco a poco se convierte en banco central
Todos estos acontecimientos están cosechando numerosas críticas sobre una una red que durante un tiempo parecía intocable. Para buena parte de la comunidad, Ethereum se está convirtiendo en una de las figuras institucionales más atacadas por quienes integran el mundo cripto: banco central. La principal preocupación de la comunidad es que la centralización llegue al punto de que la esencia de Ethereum se pierda.
Recientemente, Ethereum fue fuertemente en este sentido. El desarrollador Tuur Demeester, uno de los socios fundadores de Adamant Capital, publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente:
Imo Ethereum's culture is antithetical to the cypherpunk ethos, and as a result the project will become ever more centralized and dysfunctional over time. Four quotes to illustrate: pic.twitter.com/tRe1xXSHyF
— Tuur Demeester (@TuurDemeester) November 3, 2019
«La cultura Imo Ethereum es antitética al ethos cypherpunk, y como resultado el proyecto se volverá cada vez más centralizado y disfuncional con el tiempo»
En el post, Demeester ataca directamente posturas centralizadoras Vitalik Buterin. El mismo Adam Back, creador de Blockstream y PoW HashCash, escribió en su cuenta de Twitter:
eth is a v2 shitcoin (aka featurecoin).
— Adam Back (@adam3us) November 29, 2019
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