Un reciente documento publicado por el FMI propone un impuesto para la minería de criptomonedas y la IA, debido al alto consumo energético de ambas tecnologías. Dicho informe concluye que la política fiscal puede ayudar a mitigar las emisiones de carbono de la IA y de las criptomonedas. El documento, titulado, “Cryptocarbon: How Much Is the Corrective Tax?”, concluye que una transacción de Bitcoin requiere casi la misma cantidad de electricidad que la media que consume una persona en Ghana o Pakistán en tres años. Igualmente, las consultas de ChatGPT requieren diez veces más electricidad que una búsqueda en Google, debido a las altas dosis de electricidad que consumen los centros de datos de IA.
Impuesto para la minería de criptomonedas e IA
En la actualidad existe una mayor conciencia social de los daños ambientales puede causar la minería de criptomonedas. Por ello, surgen preguntas sobre cuán persistente será el problema en el futuro y cómo los impuestos pueden ayudar a abordar esta externalidad negativa. Se calcula que la demanda mundial de electricidad por parte de los mineros de criptomonedas es la misma que la de Australia o España en un año, lo que se tradujo en el 0,33 % de las emisiones globales de CO2 en 2022.
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Las proyecciones sugieren una demanda eléctrica sostenida en el futuro e indican nuevos aumentos en las emisiones de CO2 si los precios de las criptomonedas aumentan significativamente y la eficiencia energética del hardware de minería es baja. La minería de criptomonedas y los centros de datos juntos representaron el 2% de la demanda mundial de electricidad en 2022. Y es probable que dicha participación suba al 3,5% en tres años, según las estimaciones basadas en proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía. Lo que equivaldría al consumo actual de Japón, el quinto mayor consumidor de electricidad del mundo.
Impuesto para reducir emisiones
El sistema impositivo es una forma de orientar a las empresas hacia la reducción de emisiones. Según estimaciones del FMI, un impuesto directo de 0,047 dólares por kilovatio hora obligaría a la industria de la minería cripto a reducir sus emisiones en sintonía con los objetivos globales. De considerarse también el impacto de la contaminación atmosférica en la salud local, dicha tasa impositiva aumentaría a 0,089 dólares, lo que se traduciría en un aumento del 85% en el precio medio de la electricidad para los mineros.
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Un impuesto de ese tipo aumentaría los ingresos anuales del gobierno en 5.200 millones de dólares en todo el mundo y reduciría las emisiones anuales en 100 millones de toneladas (las emisiones actuales de Bélgica). En el caso de los centros de datos, habría que fijar un impuesto específico sobre su consumo de electricidad de 0,032 dólares por kilovatio hora, o 0,052 dólares si se incluyen los costes de contaminación del aire. Es ligeramente inferior al de las criptomonedas, porque los centros de datos suelen estar en lugares con electricidad más ecológica. Esto podría suponer hasta 18.000 millones de dólares anuales.
Incentivos fiscales
La situación actual es la opuesta: muchos centros de datos y mineros de criptomonedas disfrutan de generosas exenciones e incentivos fiscales sobre la renta, el consumo y la propiedad. Si se tienen en cuenta los daños ambientales, la falta de empleo significativo y las presiones sobre la red eléctrica (que posiblemente aumenten los precios para los hogares y reduzcan la demanda de otros bienes de bajas emisiones, como los vehículos eléctricos), los beneficios netos de estos regímenes fiscales especiales son, en el mejor de los casos, inciertos.
Las políticas adecuadas aún pueden incentivar el desarrollo de aplicaciones de IA con efectos sociales positivos y, al mismo tiempo, abordar el daño ambiental.
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Para los responsables de las políticas, un precio amplio del carbono coordinado entre los países sería la mejor manera de reducir las emisiones, porque fomentaría un menor consumo de combustibles fósiles, fuentes de energía más limpias y una mayor eficiencia energética.
Equipos más eficientes
Para limitar el calentamiento global a 2 grados, los países tendrían que introducir medidas equivalentes a un aumento del precio del carbono a 85 dólares por tonelada para 2030. En ausencia de un precio global para el carbono, medidas específicas podrían alentar a los mineros de criptomonedas y a los centros de datos a utilizar equipos más eficientes energéticamente e incluso podrían motivar la adopción de una minería de criptomonedas que consuma menos energía.
Complementar los impuestos a la electricidad con créditos por emisiones cero, acuerdos bilaterales de compra de energía y, potencialmente, certificados de energía renovable, también sería de ayuda. La coordinación transfronteriza también sigue siendo importante, ya que la adopción de medidas más estrictas en un lugar podría alentar la reubicación en jurisdicciones con estándares más bajos.
La tributación como medida
A medida que se cierra rápidamente la ventana de oportunidad para contener el aumento de las temperaturas, se necesita urgentemente ampliar las fuentes de energía renovable y adoptar un precio adecuado al carbono. Mientras tanto, medidas específicas, incluida la tributación, pueden ayudar a mitigar las crecientes emisiones de la minería de criptomonedas y los centros de datos.
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