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Las preguntas clave del euro digital a pocos días de iniciar su camino

En pocos días el Banco Central Europeo anunciará la puesta en marcha del euro digital. Tal como indicó el gobernador del Banco Central de Francia la semana pasada, François Villeroy, la Junta de Gobierno Europea podría dar luz verde al comienzo de la fase de investigación. Un proceso que podría prolongarse hasta 2023. Como es lógico, el euro digital está rodeado de preguntas que aún no tienen respuestas. ¿Cómo afectará a los bancos comerciales? ¿Cuáles son los posibles riesgos para la estabilidad financiera? ¿En qué medida la emisión del yuan digital podría afectar a la evolución del euro digital? y un largo etcétera. Desde Observatorio Blockchain intentaremos presentar las posibles respuestas a estas preguntas, con el fin de clarificar el futuro del dinero en Europa.

Euro Digital y Europa

El Consejo Europeo de Maastricht aprobó en diciembre de 1991 el nuevo Tratado de la Unión Europea que incluía las disposiciones necesarias para aplicar la unión monetaria. Una década después, el 1 de enero de 1999, se introdujo el euro. Durante sus primeros años de vida su uso se limitó a efectos contables y pagos electrónicos, y no fue hasta el 1 de enero de 2002 cuando las monedas y los billetes se pusieron en circulación.

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Este fue el último ejemplo de cómo el dinero ha ido cambiando a lo largo de la historia a medida que lo han hecho las sociedades  y la tecnología. Diecinueve años después de este cambio, nos encontramos con una sociedad totalmente globalizada fruto de un paradigma tecnológico insospechado 20 años atrás. Por tanto, es lógico que el dinero siga evolucionando y lo haga de la mano de nuevas tecnologías como blockchain. En este marco evolutivo del dinero, el Banco Central Europeo (BCE) parece dispuesto a dar sus pasos y se espera que en pocos días inicie la primera fase de la puesta en marcha del euro digital. Una forma electrónica de dinero emitida por el BCE y los Bancos Centrales Nacionales del euro que complementará al dinero en efectivo y apoyará la digitalización de la economía europea.

Rodeado de incertidumbres

Como en Maastricht en su día y toda incursión en un nuevo sistema de relaciones, el lanzamiento del euro digital está rodeado de incertidumbres. Falta incluso saber los perfiles y rasgos que tomará este euro digital en su nacimiento. Decisiones en las que Europa no puede equivocarse, si quiere seguir siendo un actor global de referencia. Hay que estar atentos a estos rasgos y exponer las dudas y preguntas que puedan quedar en el aire. Al seguimiento de este proceso, con las reflexiones y los debates alrededor del euro digital, dedicará Observatorio Blockchain buena parte de su contenido durante los próximos días.

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Bancos comerciales

En primer lugar no está claro cómo afectará a los bancos comerciales. El euro digital puede amenazar la estabilidad de la financiación bancaria o los préstamos a la economía real, lo que podría suponer la desintermediación de los mismos. Además, no se sabe todavía si el propio Banco Central Europeo será el encargado de operar directamente las cuentas de los usuarios con euros digitales. Asimismo, a pesar de que la idea inicial del euro digital es la de complementar el dinero en efectivo y no reemplazarlo, es evidente que su lanzamiento tendrá efectos sobre la política monetaria. Por ejemplo, la generación de intereses por parte del euro digital podría provocar más tipos de interés negativos.

Soberanía monetaria

De igual forma, es necesario analizar en qué manera la soberanía monetaria de las diferentes regiones podría verse afectada. La competitividad geopolítica supondrá una presión adicional a las potencias mundiales en la carrera por liderar las innovaciones monetarias y financieras. Una carrera en la que China parece haber tomado la delantera pero en la que se espera gran competencia con Estados Unidos y Europa.

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Además, a la competencia entre los Bancos Centrales hay que sumarle la rivalidad frente a las monedas estables (stablecoins) emitidas por empresas privadas. De hecho, muchos expertos indican que esta intención por parte de los Bancos Centrales de poner en marcha monedas digitales se vio impulsada por el lanzamiento por parte de Facebook de su moneda digital Libra, conocida actualmente como Diem. La llegada de esta moneda puso bastante nerviosos a la mayoría de los gobiernos. Ahora habrá que ver cómo actúan estos mismos gobiernos a la hora de competir con estas monedas estables y qué leyes son aplicadas. Y he aquí otro de los nudos gordianos del asunto: la regulación.

Regulación y privacidad

Durante los últimos meses, las autoridades europeas -y no sólo europeas- han tendido a anunciar medidas defensivas y, en cierta forma, asfixiantes, sobre la circulación de criptomonedas y, en general, los criptoactivos. Algo que ha de cambiar, si se quiere potenciar la digitalización monetaria, con un ejercicio de equilibrio entre el impulso a la innovación, contando con la mayor parte de los actores, y la precaución debida por toda autoridad pública.

Por último, existen dudas sobre si el euro digital se podrá convertir en un canal de pagos ilegales y actividades delictivas, o por el contrario, alterará la privacidad de los consumidores, quedando registrados por la entidad emisora todos los movimientos, ya que dejan rastro. El propio BCE reconoce que la mayoría de operaciones estarán controladas para evitar los problemas de flujos delictivos. Por tanto, no es de extrañar que, según una encuesta del propio BCE, la privacidad sea una de las mayores preocupaciones de los ciudadanos europeos en lo que respecta al lanzamiento del euro digital.

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Guillermo Callejo
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