Los navegadores web, una de las creaciones de software que han redefinido la manera en que interactuamos con el mundo, se están convirtiendo en los pilares fundamentales de la Web 3. Su aparición ha cambiado la forma en que trabajamos, nos relacionamos, informamos, comerciamos y disfrutamos de nuestro tiempo libre. Tanto es así, que se han convertido en una de las herramientas más usadas en el mundo. En la actualidad existen 4,6 mil millones de usuarios web en el mundo, según datos proporcionados por Statitsta.
Estas cifras dejan que el futuro del mundo es online y que los navegadores web son la puerta de entrada a los mundos virtuales. Ante esta realidad, conviene preguntarse por el impacto de los navegadores en la revolución blockchain y en la Web 3.
Navegadores web y tecnología blockchain: sus inicios
La tecnología blockchain también llegó a los navegadores Web. Los primeros «experimentos» en ese sentido llegaron desde Bitcoin, con la creación de servicios enfocados a la privacidad. Uno de esos servicios todavía es usado actualmente. Su nombre es Namecoin. La idea de este proyecto era crear un sistema DNS (Domain Name Service) privado, seguro e incensurable.
Su objetivo era convertir el «directorio de Internet» (que es una forma sencilla de ver a los DNS) en un elemento que funciona con tecnología blockchain e íntimamente ligado a los navegadores web. El resultado fue un éxito, ya que Namecoin fue la prueba de que ello era posible. Proyectos como Ethereum Name Service (ENS) son solo una evolución más avanzada. Puede parecer insignificante, pero este tipo de tecnología es fundamental para la construcción de la Web 3. Sin DNS la interacción con la Web actual sería muy complicada. Los DNS nos ayudan a encontrar los servicios de forma sencilla y humanamente legible.
El siguiente paso fue permitir que aquello con lo que interactuamos estuviera en la blockchain. Normalmente, los navegadores web lo que hacen es solicitar información a un servidor centralizado y mostrarnos el resultado de aquella petición. Es así, como logramos navegar e interactuar con webs como Wikipedia o Amazon. Pero con la llegada de Ethereum y sus smart contracts, dimos un paso adelante: empezamos a descentralizar la programación de los sitios y sus aplicaciones. Lo que nos permite romper la centralización de las aplicaciones.
Esta realidad la podemos ver en aplicaciones como Uniswap, que utiliza Ethereum para sus contratos inteligentes, usando una aproximación que combina medios centralizados y descentralizados). O con servicios completamente descentralizados, como la red SkyNet de SIA, que facilita el almacenamiento de datos de forma completamente descentralizada en su blockchain y red de nodos. Se trataba de un inicio, una prueba de capacidades que demostró el enorme potencial de esta tecnología.
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El papel de los navegadores en el mundo Web 3.0
Si bien, los avances de los navegadores web han sido enormes (desde tecnología gráfica 3D, realidad virtual y una alta integración con el hardware de nuestros equipos), la web en la que hacemos nuestra vida sigue siendo la Web 2.0, una web centralizada y altamente dinámica. Pero para quienes estamos construyendo nuestra vida en blockchain, la centralización es un retroceso. Pero solo podremos abandonar la centralización cuando alcancemos la Web 3.0, también conocida como Web semántica.
La definición más sencilla para la Web 3.0 sería:
Una web con capacidades para crear contenido directamente accesible sin abrir el navegador, con capacidad de usar nuestro hardware de forma casi nativa. Con capacidad para usar inteligencia artificial, tecnología 3D, realidad virtual y con funcionamiento federado o directamente descentralizada.
En este sentido, los navegadores web han evolucionado rápidamente hacia ese objetivo y mucha de esa tecnología ya la usamos día a día. Por ejemplo, si vas a Google Earth eres capaz de ejecutar un software que representa nuestro planeta en 3D. Ello sucede mientras el navegador tiene acceso al poder de cómputo de nuestro computador desde su CPU (donde se ejecutan los procesos) hasta la GPU (que se encarga de dibujar todo ese mundo 3D de forma rápida). Y esto sucede estando en el computador personal o en el móvil. Todo ello, gracias al navegador web y sus capacidades. Hace 20 años esto solo era un sueño, pero hoy es una realidad.
La blockchainización de los navegadores web
Si a esto sumamos la cada vez mayor integración de tecnología blockchain en los navegadores, es entendible su papel en la Web 3. Un buen ejemplo son los navegadores Brave Browser y Opera. El primero de ellos es el más avanzado y con la apuesta más arriesgada.
Brave cuenta con el token nativo BAT y propone un modelo de publicidad completamente diferente al actual. Todo construido sobre los pilares de la tecnología blockchain. Brave es uno de los navegadores centrados en la privacidad y seguridad derivados del proyecto de software libre Chromium (financiado por el gigante Google y del que deriva Google Chrome). Brave, desarrollado por Brendan Eich (el creador de JavaScript, el mayor lenguaje de programación usado en el mundo y anterior CEO de Mozilla Foundation) también apuesta por la integración de otros servicios Web 3.0. Como los siguientes:
- IPFS, una red de almacenamiento descentralizado que es ampliamente utilizada por Ethereum y proyectos como Filecoin.
- DNS blockchain, o lo que Brave Software denomina «DNS Crypto«, que es como Ethereum Name Services, para permitir al usuario navegar por Internet usando este servicio. Y por supuesto, usar ENS como punto de registro para crear tus propios sitios webs y servicios. Además de asegurarse de cifrar tus conexiones DNS al resto del mundo.
- Inclusión de un monedero de criptomonedas de forma nativa en el navegador. Con ello se tiene capacidad para interacción Web 3 de proyectos como Ethereum, Cosmos, Polkadot, Kusama, Polygon, Solana y Binance Smart Chain. El monedero incluye soporte nativo para hardware wallets, como Ledger y Trezor. Con este monedero puedes manejar desde los tokens de las redes soportadas, hasta NFTs.
Brave, 50 millones de usuarios
El resultado de todo este desarrollo ha llevado a Brave Browser a posicionarse como el sexto navegador web más usado en el mundo. Brave cuenta con 50 millones de usuarios y la tendencia es seguir creciendo.
Respecto a Opera, podemos afirmar que ha seguido un camino bastante parecido a Brave. Ha integrado un monedero compatible con redes EVM (Ethereum, Polygon, BSC, Nervos). Así, cuenta con la capacidad de manejar tokens o NFTs, sin inconvenientes. Ambos navegadores son una muestra de la cada vez mayor presencia de la tecnología blockchain en la web.
Esta mayor presencia de la tecnología blockchain en la web la vemos en la diversificación de servicios web basados en blockchain. Lo que ha servido para descentralizar servicios y demostrar el potencial de este tipo de arquitecturas y tecnología. Por ejemplo, si un administrador de sistema deseaba mejorar la tolerancia a fallos de un servicio, dividía el núcleo del sistema en varias partes. La idea era ejecutar dichas partes en centros distribuidos por el mundo, a fin de evitar que la caída de uno afectará a la totalidad del servicio.
Sistemas federados
Este es un modelo que se conoce como sistema federado, donde un core gestiona una serie de nodos/clientes. A su vez, estos cores son capaces de unirse a otros para permitir la comunicación con otros clientes. Al final, toda la red es capaz de prestar un servicio completo a millones de usuarios en todo el mundo. Así, básicamente los sistemas federados funcionan como un enjambre de servidores centralizados, capaces de unir sus recursos para permitir la conexión a miles e incluso millones de usuarios.
Un buen ejemplo de estos sistemas son redes como Diaspora (un servicio parecido a Facebook). Diaspora nació en 2010 y ofrecía servicio a casi 1 millón de personas, usando para ello redes federadas. En la actualidad, Mastodon (un servicio de microblogging como Twitter), también usa este tipo de redes para su funcionamiento. Mastodon cuenta con unos 3 millones de usuarios actualmente.
Primeros proyectos Web 3
Sin embargo, con la tecnología blockchain la descentralización es total y el potencial es mucho mayor. Un buen ejemplo lo vemos en servicios como Dtube o LBRY (servicios equivalentes a YouTube, con monetización y sistema basado en blockchain). Steemit o Hive (equivalentes a Medium), SIA SkyNet o Filecoin (alternativas a servicios como Google Drive y Mega). En todos estos casos, la tecnología blockchain y los smart contracts son la columna vertebral de su funcionamiento. Podríamos decir que son los primeros proyectos Web 3 con funcionalidad comprobada y en constante evolución.
Además de servicios, metaversos como Decentraland, Bloktopia o Zepeto son proyectos que quieren llevar los mundos virtuales a nuestro navegadores web, para ofrecernos una potente experiencia de uso.
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IBM
En la actualidad, las opciones de aplicaciones descentralizadas y servicios Web3 están en constante crecimiento. Propuestas como Polkadot, Kusama, Solana y Dfinity están mostrando nuevos conceptos y tecnología que pueden impulsar aún más este campo. La Web3 apenas está floreciendo y en el futuro veremos usos mucho más avanzados.
IBM intuyó este nuevo futuro y en 2019 presentó ADEPT (Autonomous DecentralizedPeer-to-Peer Telemetry), un proyecto que permite crear una red P2P basada en blockchain para dispositivos IoT. Igualmente, podría permitir una interacción de servicios Web3 entre dichos dispositivos. Dicho sistema está basado en su IBM Blockchain Platform, donde existen productos tan conocidos como IBM Food Trust o IBM Supply Chain.
En este sentido, la compañía ConsenSys ofrece Quorum Blockchain Services (QBS), un servicio cloud muestra la capacidad de desplegar servicios webs sobre tecnología blockchain. A este proyecto se une también Amazon Managed Blockchain (AMB), lo que nos da una muestra del crecimiento e interés en esta tecnología.
Navegadores, pilares de la Web 3
Gracias a estas iniciativas, es de suponer que el desarrollo de servicios web sobre tecnología blockchain vaya en aumento. Como consecuencia, el papel de los navegadores web será fundamental. Asimismo el potencial directo de proyectos como Ethereum, Polkadot o ICP provocarán un efecto bola de nieve sobre la importancia de incluir tecnología blockchain en los navegadores. De esta manera, el navegador web, esa pieza de software que lleva más de 30 años entre nosotros, se convertirá en el pilar fundamental de interacción y funcionamiento de la Web 3.
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