Cambio climático y revolución digital, dos grandes ausentes en las elecciones. Los españoles votamos hoy sin saber cómo afrontarán nuestros próximos gobernantes el impacto que el cambio climático y la revolución digital ya están teniendo en nuestras vidas. La oleada de movilizaciones contra el cambio climático que desde hace meses sacude al mundo ha pillado a los políticos españoles desprevenidos. Los jóvenes –incluso los muy jóvenes- han asumido una responsabilidad que sus mayores parecían dejar de lado. Esto puede verse reflejado en los comportamientos electorales de hoy y, sobre todo, del próximo futuro, pues las movilizaciones tienen una proyección de amplio horizonte temporal.
El cambio climático socavará el modelo productivo de la economía y la sociedad y pone en jaque sectores como el automóvil, la energía, la ganadería, la aeronáutica o el textil. Este cambio de modelo ya está dejando sus huellas. Por ejemplo, las ventas de coches eléctricos crecieron un 64 por ciento el pasado en todo el mundo, alcanzando 2,1 millones de unidades, en detrimento de los alimentados por otros combustibles. Más allá de esto, ya empiezan a registrarse cambios importantes en las pautas de movilidad urbana.
Derogación del impuesto al sol
En el sector energético, los países más desarrollados parecen encaminarse hacia un consumo mucho más limpio, sostenible y accesible para los consumidores. La reciente derogación por parte del Gobierno español del denominado impuesto al sol, abre la puerta al autoconsumo energético. Pero también a que compañías basadas que utilizan tecnologías blockchain faciliten el intercambio de energía entre usuarios
La tokenización del cambio climático en blockchain ya está aquí
En el sector de la ganadería son muchos los organismos globales que facilitan a empresas y usuarios herramientas para que puedan calcular la huella hídrica del consumo de carne. Lo mismo que ahora ya puede conocerse la procedencia de algunas de las carnes de pollo que se comercializan en los supermercados con solo escanear un código QR impreso en el empaquetado del producto, las personas podrán saber cuánta agua se ha gastado en producir los productos que compran.
Paradigma productivista de las sociedades occidentales
La cadena de distribución de moda sueca H&M está haciendo lo mismo con la ropa. Utilizará blockchain e inteligencia artificial para informar a sus clientes sobre la procedencia y los materiales con los que fabrica sus prendas. Desde hace tiempo, H&M viene realizando campañas en sus tiendas sobre la compra responsable de ropa. Una de las últimas, bonificaba a sus clientes con 10 euros por cada kilo de ropa usada que llevasen a la tienda.
Rafael Doménech, de BBVA Reseach, explica en el diario El País que la disrupción tecnológica ha llegado a nuestras vidas con un impacto difícil de calibrar en la calidad del trabajo o la desigualdad.
Cambio climático y la revolución digital
Doménech precisa que sin control y políticas adecuadas, la automatización y la sustitución de determinadas actividades puede derivar en una polarización del mercado de trabajo, con ocupaciones muy rutinarias en los salarios medios, la creación de empleos manuales con bajos salarios y una minoría de trabajos muy especializados de altos salarios.
Para el profesor de Sociología de la UNED, Javier Callejo, el cambio climático y la revolución digital caminan hoy en direcciones contrarias. La segunda sigue moviéndose en el paradigma productivista, que ha caracterizado las sociedades occidentales durante más de un siglo. La primera lo cuestiona. Demasiada contradicción para ser integrada en los mensajes cada vez menos matizados de las campañas electorales.
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