A diferencia de lo que sucedió en 2001 en Argentina, cuando el Gobierno de Fernando de la Rúa impuso el famoso corralito que impedía la retirada de dinero en efectivo de los bancos, en la actual crisis, los argentinos ya no solo cuenta con el dólar para poner a salvo sus ahorros. Las criptomonedas y, especialmente bitcoin, se han convertido en un refugio importante.
Entre 1998 y 2002, Argentina se enfrento a una de sus peores crisis económicas. La drástica devaluación del peso argentino llevó a miles de personas a refugiarse en el dólar. De hecho, de la Rúa puso en marcha el corralito para controlar la fuga de capitales y la adquisición de dólares por parte de la población.
En la actualidad, con la amenaza de una nueve crisis económica cerniendo sobre sus ahorros, los argentinos buscan desesperadamente protección para su dinero. Ante esta situación y para evitar situaciones como las vividas entonces, donde muchísimas personas perdieron grandes cantidades de dinero como consecuencia de la devaluación del peso y los impagos bancarios, muchos ciudadanos han comenzando ya a invertir comprando criptomonedas.
La sombra de un nuevo corralito lleva a muchos argentinos a apostar por las criptomonedas en detrimento de monedas extranjeras, como el dólar o el euro. Igualmente, cada vez son más las startups argentinas que trabajan con la vista puesta en las criptomonedas como la mejor solución a la crisis.
Multiplicado por seis las transacciones de bitcoin
En las gráficas que muestra LocalBitcoin,una startup de siete años de vida con base en la capital finlandesa de Helsinki y cuya actividad principal es el intercambio de bitcoins a moneda local u otras criptomonedas, puede observarse el rápido crecimiento que han experimentado las compras de bitcoins en el país austral. El volumen de transacciones diarias se ha multiplicado por seis desde los días de otoño de 2017.
La implantación de las criptomonedas en la vida cotidiana de los argentinos se esta viendo reforzada con acciones como la que ha llevado a cabo recientemente la casa de intercambio ArgenBTC, permitiendo el uso de bitcoin como forma de pago en establecimientos. Gracias a su asociación con el proveedor de servicios PlusPagos, esta casa de intercambio ha puesto a disposición de los ciudadanos argentinos más de 1.200 puntos de compra-venta de bitcoin en todo el país.
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Lo mismo sucede con las start-ups Ripio o Bitex, cuyos servicios de compra venta de bitcoin son utilizados por miles de ciudadanos que viven en América Latina. El uso que los ciudadanos hacen de las criptomonedas confirma como, cada vez más, el dinero digital es considerado como una opción valida para protegerse de las crisis. Además de utilizarlas, confían en ellas.
Monedas como arma política
El hecho de que los ciudadanos cada vez confíen más en las criptomonedas para ponerse a salvo de las crisis, subraya su importante papel en las economías emergentes de América Latina, al ayudar a su estabilización.
Pese a la gran cantidad de recursos con que cuentan las economías de América Latina, éstas no han podido estabilizarse por muchos factores. La corrupción, los conflictos sociales, los enfrentamientos armados y la falta planificación son algunos de ellos. Pero sin duda, el peor enemigo ha sido la manipulación económica sin control, la cual ha roto toda sana practica económica en dichos países. Venezuela y Argentina son dos ejemplos. Ambas naciones, reconocidas en su momento por estar entre las más grandes y pudientes economías de la región, ahora parecen instaladas en el caos.
El manejo irresponsable de las políticas económicas del país y, entre ellas, la manipulación constante de la masa monetaria pueden apuntarse como causas principales. Ambos países transformaron sus monedas en un arma política para las masas, haciendo creer a sus ciudadanos que ganaban más porque las cifras de sus rentas eran mayores, sin tener en cuenta la repercusión sobre los precios. La consecuencia, en el caso de Venezuela es una hiperinflación galopante que pulveriza salarios y el poder adquisitivo de sus ciudadanos.
Los menos acomodados, los más perjudicados
Como siempre, son los ciudadanos menos acomodados los que con mayor fuerza padecen las consecuencias de los errores. Todas las personas que dependen de sus salarios ven como la irresponsabilidad de sus dirigentes destruye su poder adquisitivo. De ahí, que las criptomonedas se hayan convertido en ambos países en una herramienta para proteger los activos de sus ciudadanos, al ofrecerles estabilidad y devolverles el control de su dinero.
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En el caso de Venezuela, una de las economías más débiles del mundo, en términos de poder adquisitivo, sus ciudadanos desechan la moneda local como dinero de juguete y buscan protección en los dólares, euros o criptomonedas. Muchas personas pagan productos y servicios con algunas de estas opciones. Cualquier cosa es prácticamente mejor que usar bolívares que están en constante devaluación.
La mayor parte del tiempo, el precio de los artículos que se asoman a los escaparates está marcado con moneda extranjera. En Venezuela todo está dolarizado. Hasta los productos y servicios más básicos. La explicación hay que buscarla en los más de cuatro millones de personas que han emigrado y que envían remesas en dólares a sus familiares.
Alternativa para combatir la hiperinflación
En la actualidad, el uso de las criptomonedas en Venezuela se resiente como consecuencia del mal estado en que se encuentran los servicios de electricidad y telecomunicaciones. Y aunque en algunos puntos de las grandes ciudades no existen restricciones, en la mayor parte del país son constantes los cortes de suministro. Por lo que el pago con criptomonedas se convierte en una actividad compleja.
No obstante, los venezolanos acuden a ellas para protegerse de la fuerte devaluación del bolívar e incluso de la del dólar y el euro. Así, el dinero digital se ha convertido en una alternativa interesante para combatir la hiperinflación. Con un promedio de compra de uno 500 bitcoin semanales (unos 5 millones de dólares al precio actual), Venezuela es uno de los países que más criptomonedas compra y utiliza en la región.
Aunque el panorama es desalentador, aún existe una oportunidad para cambiarlo. Venezuela lanzó la emisión de una stablecoin llamada Petro. La idea era sencilla, una stablecoin referenciada por el valor de una cesta de commodities venezolanos que incluía el petróleo, el oro y el diamante. Aunque el gobierno venezolano se esforzó en el anunció de su salida, la población no estaba preparada para su uso y su expansión sigue parada.
Stablecoin como solución
Sin duda, una stablecoin podría ser la mejor forma de afrontar los problemas económicos que afrontan Argentina o Venezuela. Una moneda con reglas que todos conozcan y que permitan su participación de forma clara, sin centralismos. Una construcción de ese tipo permitiría que las empresas y los ciudadanos recuperen parte de la confianza en las monedas locales. Para lograrlo, es importante que su construcción se lleve a cabo de manera independiente, sin la participación de la clase política, liderada por sectores profesionales.
Las criptomonedas pueden ayudar a cambiar radicalmente las economías de los países de América Latina. La libertad económica, el cuidado del gasto y conocer el dinero que está en circulación serviría para estabilizar a estas economías. Son medidas sencillas pero efectivas, donde las criptomonedas tienen la capacidad de cambiar radicalmente la historia de estos países.
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