El exchange australiano Swyftx ha publicado los resultados de la cuarta edición de su encuesta online sobre la relación de la sociedad australiana con el mundo de las criptomonedas. La denomina Crypto Survey, dejando las cosas claras. Aunque parece que quienes tienen las cosas poco claras, con respecto a las criptomonedas, son los que aún no han dado el paso a su uso. La principal barrera para no poseer cripto es el desconocimiento del funcionamiento de su tecnología.
Las criptomonedas
El informe sobre la edición de este año 2024 está dedicado especialmente a los jóvenes la denominada Generación Z. La razón es que, entre esta categoría poblacional, ha aumentado un 11% la posesión de criptomonedas, con respecto al año anterior. Así, el tono general del informe puede considerarse optimista, destacando el carácter sólido del mercado cripto. Un tono que no evita señalar los problemas para que se vaya expandiendo en el futuro.
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El informe celebra relativamente el hecho de que casi cuatro millones de australianos haya contestado que posee criptomonedas en la actualidad, habiendo ganado de media cerca de diez mil dólares australianos con su inversión en criptomonedas el año pasado. Incluso uno de cada siete de estos propietarios de criptomonedas confiesa haber ganado más de 20.000 dólares australianos durante el año pasado. Digo que lo celebra relativamente porque la proporción de poseedores supone un descenso con respecto al dato ofrecido en la edición del año pasado, donde llegó al 23% de adultos australianos disponiendo de criptomonedas. Eso sí, quienes ganaron más de esos veinte mil lo habrán celebrado ampliamente.
Los que no poseen criptomonedas
Como buen informe, que mira al futuro, se centra en los que aún no poseen criptomonedas. Les pregunta sobre cuáles son las barreras que tienen con respecto a los criptoactivos. Hay dos razones que se llevan la palma, que aducen respectivamente el 43% y 41% de quienes no poseen criptomonedas: no saber suficientemente cómo funciona la tecnología de las criptomonedas y la inseguridad con respecto a la regulación de las mismas, es decir, pensar que no están reguladas y que su posesión puede ser algo alegal o, aún peor, ilegal.
Comprensibles ambas justificaciones de los australianos para no adquirir criptomonedas y que en poco difieren de las expresadas en otras latitudes, en sus respectivas encuestas. Con relación a la incertidumbre con respecto a la regulación, está claro que nadie quiere tener problemas con la ley o con el fisco. Con relación a la hacienda pública, sobre todo con el temor de que lo que no está regulado hoy, sea regulado mañana retroactivamente, y te veas en un lío con las autoridades fiscales.
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Además, ambas justificaciones se encuentran vinculadas entre sí. Por ejemplo, no hacer la prueba de aprendizaje sobre su funcionamiento, invirtiendo poco dinero en una criptomoneda, por el temor a quedar registrado como inversor en este activo. Pues eso: ¡no sea que me vaya a meter en un lío y recibir las nada amistosas cartas de la hacienda pública respectiva!
Falta de conocimiento de la tecnología
De hecho, en España, la Agencia Tributaria, la AEAT, sembró el pánico entre los declarantes del impuesto de la renta de 2023, cuando recibieron un mensaje que les hacía ver que las autoridades sabían que tenían activos cripto, aunque hubiera sido el resultado de haber hecho una prueba, un “haber como funciona esto”, en el que habían invertido cantidades tan pequeñas como cinco o diez euros. Hacienda está poco dispuesta a que se aprendan cosas que la institución entiende que podrían ir en contra de sus intereses. Eso sí, después, desde el Banco de España, la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) u otras estatales instituciones se mostrarán muy preocupados por la educación financiera de los españoles.
La principal barrera está argumentada en la falta de conocimiento del funcionamiento de la tecnología. Como en tantas otras cosas, se trata de una cuestión cultural, de cultura general y de cultura tecnológica. Mirándolo bien, apenas sabemos cómo funciona nada de lo que tenemos alrededor. Ni los coches, ni los medicamentos, ni la lavadora, ni el aire acondicionado, ni los aviones, ni los bancos, ni el aspirador de casa.
Solucionismo tecnológico
Nada o, en el mejor de los casos, casi nada, salvo que se sea un experto en la materia. Como usuarios, casi nada. Pero, como nos dan soluciones, poco importa que nada sepamos de su funcionamiento. Como hay intermediarios -talleres, médicos, mecánicos, pilotos- que se encargan de hacérnoslo y a los que pagamos por hacérnoslo, poco importa que nada sepamos de su funcionamiento. Por ello, nos hemos instalado en la cultura de lo que Evgeny Morozov ha bautizado como solucionismo tecnológico.
La tecnología de las criptomonedas, a diferencia de esa lógica del solucionismo tecnológico, es de la lógica de la autonomía y más de la implicación, que de la cómoda -vaga- solución. Nos aterra meter la pata, en operaciones que tenemos que hacer por nosotros mismos, y perder el dinero. ¡A quién no le aterra esa primera operación cripto con una cadena casi infinita de números y letras y la más infinita aún espera de confirmación de la operación!
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El miedo a perder la contraseña, que da acceso a las criptomonedas, sin posibilidad de recuperarla presentándote en el banco con tus documentos de identidad. Gracias a intermediarios y aplicaciones se han superado estos momentos del primer temblor; pero el imaginario de los que están fuera de las criptomonedas está todavía en el pánico hacia la autonomía. Más en una cultura tan poco dada a la autonomía y la independencia como la española.
La regulación
Las criptomonedas tienen imagen de algo críptico entre los no usuarios. Así lo reconoce el propio Swyftx con el eslogan de su aplicación: “less cryptic, more crypto”. Este exchange, como otros exchanges, es consciente de que es en la alfabetización cripto donde está el caballo de batalla.
La regulación y la posición de las autoridades puede ayudar o poner palos en la rueda de esta alfabetización, pero es ahí donde se juega la extensión del uso de las criptomonedas. Por ello, Swyftx, como otros muchos exchanges, plantea, en su sitio web, cursos, invitaciones a pruebas gratuitas y juegos para aprender. Para que ese porcentaje que se viene registrando en las encuestas de Swyftx, entre el 40% y el 50%, desde la primera edición de la encuesta en 2021, se reduzca. ¿Es suficiente?
La encuesta online de Swyftx ha sido realizada por la empresa internacional de investigación de mercados YouGov. El número total de los que han contestado al formulario de Swyftx es de 2.229 adultos, mayores de 18 años, nacionales australianos. Las respuestas se recogieron entre el 16 y el 24 de julio, siendo allí invierno y época de pocas vacaciones, utilizando el panel de “encuestados habituales” de YouGov.
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