X, la empresa de Elon Musk consiguió ayer una licencia en el estado norteamericano de Rhode Island (costa Este) para poder transmitir dinero. Algo que le permitirá ofrecer servicios como depositar o hacer transferencias y pagos con activos digitales. De esta manera, la que fue la red social del pajarito vuela desde la Web 2.0 a la Web3. Las redes sociales dan un paso de gigante en su configuración como redes de intercambio con la posibilidad de transferir dinero en general y criptomonedas en particular. Es lo que ha hecho X (anteriormente Twitter).
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Las redes sociales son el centro de la Web 2.0. Hasta el punto que se la denominó la “red social”. Una nueva versión de la World Wide Web en la que los usuarios dejaban ser pasivos receptores de información, pasando a ser productores y transmisores de comunicación. Podían interactuar. Al menos, comunicativamente.
Elon Musk X
Como tal concepto, una red social es una red de intercambio. Intercambio de prácticamente todo: comunicación, ayudas, colaboraciones, regalos, trabajos, confianza, expectativas, intereses, emociones y, también, dinero. En el ámbito digital, las redes sociales online se han constituido casi exclusivamente sobre la comunicación, hasta ocupar un lugar relevante en la esfera pública y yendo bastante más allá de lo que puede considerarse “redes de amistad”.
Nacieron como eso, como redes de amistades, para estar en contacto los amigos de la realidad física. Pero pronto se vio que su lógica iba bastante más allá, independizándose de la red social física. Era la red social digital la que creaba relaciones. La que creaba intercambios -comunicativos- que antes no estaban. ¿A cuántas personas de las que aparecen en nuestras redes sociales como seguidores conocemos personalmente?
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El desarrollo de la Web3 trae la posibilidad de intercambiar algo más que comunicación, entendiendo ésta como palabras e imágenes. Es la World Wide Web basada en la tecnología blockchain, que trae aparejados nuevos conceptos, como el de la descentralización de internet, frente a la fuerte centralización experimentada con la Web 2.0. Pero, sobre todo, es capaz de generar la suficiente seguridad y control por parte del usuario de sus movimientos en la misma que permite otro tipo de intercambios. Como el intercambio de tokens y criptomonedas entre usuarios. Así, la red social en internet da un paso más a su aproximación a la red social en el mundo físico.
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