Abel Sanchez MIT blockchain
Abel Sanchez MIT blockchain

Abel Sanchez (MIT): «si la tecnología blockchain avanza, las industrias crecerán más rápido»

Abel Sanchez, director ejecutivo del Geospatial Data Center del Massachusetts Institute of Technology (MIT), PhD y profesor del programa online Blockchain: Disrupción Tecnológica, impartido también en español, nos comparte en esta entrevista su punto de vista sobre la regulación de las criptomonedas, el valor del ecosistema blockchain y los beneficios de participar de forma activa en este viaje. El interés social por la cadena de bloques está creciendo exponencialmente. A día de hoy, prácticamente cualquiera de nosotros puede invertir en una criptomoneda a través de una aplicación móvil. Estamos siendo testigos del desarrollo, apertura y consagración de una tecnología con infinitas aplicaciones, muchas de ellas aún por descubrir.

Primeras generaciones blockchain

¿Cree que la complejidad de la tecnología blockchain impide una implantación más rápida de las criptomonedas?

Empecemos hablando del concepto de complejidad. No siempre comprendemos el funcionamiento real de todo lo que utilizamos. ¿Entendemos lo que ocurre cuando escribes una URL en el buscador y navegas a una determinada dirección? ¿Entendemos la tecnología inalámbrica de corto alcance que se utiliza cuando realizamos los pagos mediante contactless? Hay muchas cosas que podemos utilizar sin que tengamos que entender sus entresijos o los protocolos internos.

Tendemos a no pensar en estos mecanismos internos; sin embargo, nos encontramos ante las primeras generaciones de la tecnología blockchain, por lo que buscamos una comprensión más profunda. En el futuro, si se logra una buena experiencia de cliente, al igual que la conseguida con cualquier método de pago, la complejidad de blockchain no nos interesará.

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Entender los principios de la tecnología

Desde el punto de vista empresarial, ¿deberían los directivos o aquellos que toman decisiones conocer el funcionamiento de blockchain y obtener así ventaja?

Pensemos en la capacidad de liderazgo que aporta la nube o tecnologías como el Big Data, la inteligencia artificial o el machine learning. Estas tecnologías marcan la diferencia. Sin embargo, no es necesario que los líderes empresariales deban ser ingenieros informáticos o científicos de datos; lo que es necesario es que comprendan los principios y de qué manera las nuevas herramientas sirven para añadir valor a un negocio, es decir, cómo nos ayuda a crecer y cómo se puede utilizar para mejorar un producto o servicio.

Cada vez hay más países que están regulando el mercado de las criptomonedas. ¿Ve esto como un avance o como un obstáculo en su desarrollo?

Existe una percepción errónea sobre la intervención de los Gobiernos en el mercado de la criptomoneda. Las empresas  lo que buscan es claridad. Es lo contrario, la inacción, lo que genera incertidumbre, el principal temor de los emprendedores, que huyen de esas zonas indefinidas.

En cuanto a la regulación de la tecnología, vemos que muchos de los productos que crea la criptoindustria interpelan directamente a las instituciones públicas, tanto para su aprobación como para su uso. Por ejemplo, pensemos en el KYC, siglas de Know Your Customer, una medida antifraude que utilizan muchas empresas para verificar la identidad de los usuarios o clientes. Si estas aprobaciones se pudiesen realizar automáticamente —mediante contratos inteligentes o mediante un software que permita otorgar autorizaciones— podríamos avanzar mucho más rápido.

Estos avances beneficiarían al desarrollo de la tecnología y a los propios países, pues al contar con una infraestructura digital podrían crear productos a mayor velocidad.

A medida que la tecnología blockchain avance en paralelo al sector bancario, aunque aún no sepamos sacarle todo su potencial, descubriremos grandes posibilidades en materia fiscal, de aduanas o de atención sanitaria. Todo se ejecutaría de manera más ágil y las industrias crecerían con mayor rapidez.

El papel de las Administraciones

¿El hecho de que los bancos hayan creado monedas digitales va a ralentizar la incorporación de las criptomonedas?

Es una estupenda pregunta porque apunta directamente a lo que una Administración debe hacer, o a lo que se le da bien hacer. Imaginemos que un Estado se enfrente a Facebook u otros gigantes tecnológicos que están lanzando sus propias criptomonedas empezando a legislar e impidiendo que estas empresas lancen sus productos. Esta postura sería extraña por parte de un Gobierno.

También podemos pensar en otra opción: un Gobierno que dote a las empresas de una base tecnológica a partir de la cual puedan empezar a desarrollar esos productos. Esto requeriría una gran capacidad en la prestación de servicios digitales por parte de la Administración Pública. No creo que contemos con muchos casos así, por lo que este parece un escenario lejano.

En cualquier caso, creo que ofrecer servicios financieros directamente a los ciudadanos es una gran oportunidad. En el contexto de la pandemia, en Estados Unidos vimos cómo se puso a disposición de millones de personas la posibilidad de realizar diversos trámites a través de un simple clic, dejando de lado los sistemas tradicionales. Obviamente, la ventaja de estos sistemas es grande.

Quizá en algún momento exista un modelo híbrido, pero todavía es un poco pronto para vaticinar lo que harán tanto las instituciones públicas como las empresas privadas. Tenemos un panorama repleto de oportunidades.

Más variedad de instrumentos financieros

Después de lo que ha pasado con Libra, renombrada como Diem, ¿cree que las criptomonedas están preparadas para las grandes plataformas digitales?

Todavía estamos en el principio de este viaje. Bitcoin y Ethereum son un tipo de producto que requiere altos niveles de experiencia y habilidad. Pero el mercado está ofreciendo una gran variedad de productos. Estamos viendo que las instituciones financieras tradicionales —los bancos—, se acercan a las criptomonedas, al tiempo que las criptoempresas se dirigen hacia los servicios que tradicionalmente han ofrecido los bancos. Esto ha creado un ecosistema mucho más rico en instrumentos financieros. Por ejemplo, una moneda como Diem tiene un gran potencial. Sin embargo, todavía está por ver cómo se va a regular, qué harán los Gobiernos y que harán los protagonistas de esta nueva industria.

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Está bastante claro que si equiparamos las criptomonedas con los servicios que ofrece la banca, vemos que aún no están a la altura de los sistemas tradicionales. Pero casos como el de PayPal o Coinbase reflejan que hay avances en este sentido; y eso es gracias a que los clientes los han empezado a demandar.

Ahora bien, ¿habrá una empresa comercial dominante, una empresa tecnológica —como Facebook— que, a través de un único producto, sea capaz de proporcionar una integración total? Creo que el tiempo lo dirá.

El valor reside en el ecosistema

P: ¿Existe una burbuja de las criptomonedas? 

Me encanta esta pregunta. Llevamos diciendo que hay una burbuja de las criptomonedas durante una década. Recuerdo decirles a mis estudiantes, cuando bitcoin estaba a 300 $, que el precio estaba inflado y que estaban locos si compraban cualquier criptomoneda. Ahora hemos visto el ascenso meteórico de su valor…

Hay buenos analistas a ambos lados de este debate. Unos dicen que bitcoin colapsará, que desaparecerá; otros, que está por debajo de su valor potencial, que va a seguir creciendo. Yo opino que hay buenos argumentos de las dos partes. Algunos defienden que no es como una moneda nacional que puedas devaluar unilateralmente y que esté sometida a las actuaciones de ciertos países. Creo que está bastante claro: el valor reside en el propio ecosistema, en los incentivos que existen en minar y en participar de forma activa.

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En todo caso, si los gobiernos, los bancos o los gigantes tecnológicos ofrecen alternativas estables con propiedades que satisfagan las necesidades de los diferentes agentes, ¿por qué iba a haber un colapso? Hay una frase, popularizada por el gran beisbolista Yogi Berra, que me gusta especialmente: “Es difícil predecir, sobre todo el futuro”.

P: ¿Cuáles son los principales obstáculos en la aplicación de los contratos inteligentes?

Creo que, en este sentido, primero hay que sentar unas bases sobre las que todos estemos de acuerdo. Hay que fijar un estándar. Blockchain es útil, pero no hay un solo tipo de blockchain. Lo difícil es resolver cuál utilizar, cómo estandarizarlo y qué tipo de contratos diseñar finalmente.

Primer producto global de un país

P: Hemos hablado de criptomonedas y contratos inteligentes, pero ¿qué otras sorpresas podemos esperar del futuro de blockchain?

Una de las cosas que debemos considerar es la atractiva posibilidad de que un gobierno ofrezca una criptomoneda muy atractiva. A consecuencia de la pandemia, muchos han pensado que el dólar era una buena moneda por la que habría que apostar. Por ello, muchas divisas del mundo se movieron hacia el dólar y hacia los Estados Unidos. Ahora, imaginemos que podemos hacer esto con mayor rapidez y que pudiéramos comprar esa moneda con tan solo un clic. Esto sería algo muy atractivo.

Ahora bien, ¿podríamos empezar a utilizar una criptomoneda emitida por un Gobierno a nivel mundial? Es posible, por qué no. Este podría ser el primer producto global ofrecido por un país. Esta criptomoneda podría volverse muy poderosa, e incluso convertirse en un estándar mundial. Son alguna de las preguntas que hay que plantearse a medida que avanzamos.

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