La ciudad utópica de Vitalik se escribe con la letra de Blockchain

8 septiembre, 2024 4 min read

Vitalik Buterin, creador de Ethereum, ha dado cuenta de su ciudad utópica. Casi todas las utopías se han instalado en islas, ciudades o comunidades locales. Desde la cercanía de las relaciones vecinales, se hace más tangible la posibilidad de una forma distinta de comportarse y gobernarse. La ciudad ha sido el principal reflejo utópico. Con Buterin, reflejo utópico de la descentralización de Blockchain. Una ciudad gobernándose de manera descentralizada, aun cuando con impuestos, como ejercicio de realismo en medio de la tormenta de ideas utópica. Como siempre, el medio de comunicación utilizado para tales reflexiones ha sido el de las redes sociales. En un post.

La ciudad utópica

Su modelo de ciudad parte de la necesidad de articular lo que observa como fuerzas opuestas. La del capitalismo innovador y la del colectivismo. La que busca el beneficio económico de carácter privado y la que pone en primer lugar el interés general, sin beneficio económico. Por un lado, la fuerza de los inversores en cuanto representantes de los intereses de los que aún no han llegado a la ciudad. Un interés que tiende a ser excluido. Los ya residentes, según nos dice Buterin, suelen seguir la lógica del “no-en-mi-jardín”, y poco dados a la innovación y, en general, a la aceptación de lo extraño a la ciudad.

El marco que Vitalik se da para la construcción de su utopía parte de una supuesta demanda y un rechazo compartidos. La demanda de que las infraestructuras funcionen adecuadamente para todos los ciudadanos, con independencia de sus rentas. El rechazo a que la solución para los que carecen de vivienda sea comprarles billetes sólo de ida de autocar que les conduzca a otras ciudades.

El modelo Blockchain

Hablando de soluciones, es donde se introduce el modelo Blockchain. Por un lado, ciudadanos que tendrían un gran acceso a activos que procuran derechos de gobernanza. Por otro lado, desincentivar la propiedad con aumento de los impuestos, se supone que pagos por lo que se tiene y no exclusivamente por los servicios que se reciben. Pagos en función del valor que tiene la propiedad. El resultado es una forma de gobierno descentralizado, una forma de DAO (organización autónoma descentralizada), sostenida en el funcionamiento del día a día por los impuestos, e impulsado su gobierno hacia el beneficio, a invertir con búsqueda de ganancias para la ciudad, para satisfacer el interés de los que han adquirido activos. La utopía adquiere la forma de una empresa descentralizada. Descentralizada en su manera de tomar decisiones; pero empresa, en cuanto orientada a la rentabilidad.

La categoría de los postintelectuales, que son los que cumplen la función que antes cumplían los intelectuales -cuando esto de la intelectualidad parece haber pasado a mejor vida- y nos iluminan desde sus posts, tiene en Vitalik Buterin, creador de Ethereum, uno de sus protagonistas. En lugar de gafas de pasta y traje, llevan camisetas o sandalias. En esta indumentaria, Zizek también es otro destacado miembro. Y, como los intelectuales de antes, tienen una especial y fundamentada perspectiva de casi todo. Por favor, no confundir con los tertulianos. Los postintelectuales escriben post que son de interés. Como el aquí comentado sobre la potencial ciudad del futuro según Buterin.

Los postintelectuales

El problema de los posts de los postintelectuales, por interesante que sean, es que parecen más de la lógica de la conversación entrecortada, que de la reflexión encadenada. De aquí que el dibujo de Buterin sea muy esquemático, que necesite de mayor profundización, de entrada en detalles. Todas las utopías son esquemáticas. Pueden serlo, ya que se alejan de esa realidad de los detalles, tan pejiguera y obstruccionista de sueños. En principio, parece fácil soñar en una organización de la sociedad que conjugue lo mejor de cada modelo histórico.

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La capacidad motora, libertaria e innovadora del capitalismo. La garantía de umbrales mínimos vitales para todos, con independencia de su trabajo o aportación a la colectividad, llegando incluso al socialista: “de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”. En los sueños, salvo que sean pesadillas, también es relativamente fácil dejar los problemas a un lado: el problema de las dificultades para vivir de un sector de la población, por la exigente capacidad adaptativa, en el modelo capitalismo; el problema del estancamiento económico y la falta de libertad, en una sociedad sin incentivos. El sueño se hace cerrando los dos ojos ante los problemas.

Buterin fija los incentivos en la adquisición de activos de la ciudad. Estos inversores, con sus inversiones, son los que tirarían de la ciudad hacia el progreso. Aquí es donde Blockchain y la descentralización cobra protagonismo. Mirándolo bien, el ideal del capitalismo ha tendido a escribirse como descentralización. Basta con aplicarse a leer a Adam Smith. Pero los detalles de la historia nos muestran la inclinación hacia el nada competitivo monopolio. Tal vez, en los detalles descentralizadores en clave Blockchain que tenga Buterin, se compensa tal inclinación.

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Impuestos para necesidades básicas en la ciudad utópica

El problema de la cobertura de las necesidades básicas de todos los ciudadanos lo plantea solucionar con impuestos. Lo cierto es que esto tiene poco de utópico, en cuanto los impuestos están por todas partes. Tal vez aquí, con esa organización descentralizada que plantea Buterin, se da solución a otra inclinación de los impuestos, que tienden a dedicarse crecientemente a la gestión y gestores de los mismos -el Estado en todas sus formas- que a las supuestas necesidades que iban a cubrir.

Quizá Blockchain automatice buena parte de esa gestión de la fiscalidad, unida a la gestión de la gobernanza, de las decisiones sobre lo que hay que hacer y dónde invertir el capital de los inversores descentralizados. Sin detalles, la asunción de Buterin de una forma de fiscalidad que puede considerarse tradicional parece más un guiño a las autoridades. En especial, a las autoridades que tienen pendiente la regulación de los activos cripto. Pero un guiño sólo cierra un ojo y no los dos ojos que exige el sueño.