Elon Musk ha visto recompensado su esfuerzo, económico y político, de apoyo electoral a Trump con la dirección de DOGE, Departamento de Eficiencia Gubernamental. Durante la campaña, además de donar una cuantiosa cantidad de dólares, se significó públicamente. Vamos, dio la cara. Por lo tanto, que Trump lo señale para formar parte de su gobierno ganador es poco de extrañar. Es la lógica del don: obligación de dar, recibir y devolver. Hasta aquí, antropológicamente básicos.
Además, Elon Musk no es un personaje dispuesto a perder la oportunidad de estar en público, otra ventana más, en un proyecto sumamente interesante, como es dirigir un país. Ahora la cuestión es cómo se resuelve la incógnita de X. Es decir, cómo será el uso que hará de la red social. Algunos medios de comunicación poco proclives a Trump, han señalado que, con nombramientos como el de Musk, el nuevo Presidente pone a prueba el sistema, refiriéndose al sistema político democrático estadounidense. Pero también pone a prueba otro sistema, el del funcionamiento de las redes sociales. Un sistema siempre tan criticado, cuando conviene, y utilizado por los medios de comunicación tradicionales.
Elon Musk y DOGE
Ahí está Elon Musk, preparándose para hacer de ministro a partir del próximo enero. Pero seguro que, en las semanas que faltan para la toma de posesión, deja ver sus planes. Ahí está recibiendo su participación en la victoria. Con un ministerio y, también, con patrimonio. Invirtió mucho dinero en la campaña de Trump, pero ya ha recuperado bastante por la cotización en bolsa de las acciones que tiene de sus empresas. Creo que deberíamos preguntar a Elon por el número que juega en la lotería de Navidad, pues le toca todo. Logros que sería injusto atribuirlos a la suerte. Tal vez sea sólo clarividencia y un buena cantidad de arrojo.
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Un ministro fichado porque, cuando los integrantes de una lista electoral o un nuevo gobierno no vienen de las propias filas del partido, se habla de fichajes, como en el fútbol. La cantera es insuficiente. En este caso, la cantera republicana y el Partido Republicano en general no parecen ser un espacio en el que Trump mire o busque con frecuencia. En el primer discurso, tras la victoria, ni siquiera se refirió al Partido Republicano. Prefirió hablar de su movimiento. Especialmente porque es “suyo”. También Musk, por ahora, es “suyo”, o ¿será Trump de Musk?
Musk liderará junto a Vivek Ramaswamy el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental. Sí, un ministerio cuyo nombre, con sus siglas en inglés, es DOGE. Seguro que es casualidad su nominativa vinculación con dogecoin, la criptomoneda favorita de Musk. Se trata de un nuevo departamento diseñado para reducir gastos, desmantelar burocracias y eliminar regulaciones innecesarias. Su objetivo: recortar hasta dos billones de dólares estadounidenses del presupuesto federal.
Cuando un liberal o ultraliberal llega al poder político se encuentra con el reto de poner en práctica sus ideas: se alcanza el Estado para combatir, al menos, el sobrepeso del Estado. Estado y político liberal entran en tensión. Tal vez por ello y salvo raras excepciones, los políticos liberales duran poco en el Estado. Ahora, con Musk, el objetivo es precisamente ese, combatir el soprepeso del Estado. Atentos a lo que dura en el cargo.
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