FMI cifra en $100.000 millones los impuestos de criptomonedas en 2021

El Fondo Monetario Internacional (FMI) insta a gravar las criptomonedas de manera coherente en todo el mundo. El organismo internacional ha publicado un informe sobre impuestos y criptomonedas en el que señala que los sistemas fiscales actuales no están diseñados para afrontar la fiscalidad de los criptoactivos.

FMI criptomonedas

El organismo internacional indica que en 2021, un impuesto del 20% sobre las ganancias de capital de las criptomonedas habría recaudado alrededor de $ 100.000 millones en todo el mundo. La cifra, según el FMI, es alrededor del 4% de los ingresos del impuesto sobre la renta empresarial global, o el 0,4 por ciento de la recaudación total de impuestos. 2021 fue el año que bitcoin rozó los 70.000 dólares. Con el tamaño actual del mercado, los ingresos globales por impuestos criptográficos se situarían en menos de $ 25.000 millones al año. No es una gran cantidad, dice FMI.

MiCa y la fiscalidad de los criptoactivos en Europa

Propiedad o moneda

El Fondo afirma que tanto si crecen o se derrumban, los critptoactivos deben ser gravados. Una cuestión clave para el FMI es cómo clasificarlos: propiedad o moneda. «Cuando las criptomonedas se venden con fines de lucro, las ganancias de capital deben gravarse como lo harían con otros activos. Y las compras realizadas con criptomonedas deben estar sujetas a los mismos impuestos sobre las ventas o el valor agregado, o IVA, que se aplicarían a las transacciones en efectivo», precisa.

FMI dice que los criptoactivos no deben tener estatus de moneda oficial

Para garantizar la aplicación de estos principios se necesita claridad sobre cómo caracterizar las criptomonedas a efectos fiscales: como monedas para el IVA y los impuestos sobre las ventas y como activos a efectos del impuesto sobre la renta. Aunque esto no es fácil, debido a la naturaleza evolutiva de las transacciones de criptoactivos, es perfectamente posible, señala FMI.

Personas con bajos ingresos y muy ricas

FMI precisa que aunque al ser seudónimas es difícil saber quién posee criptomonedas, existen indicios de que la propiedad está muy concentrada entre los relativamente ricos. No obstante, señala que su posesión también es sorprendentemente común entre las personas con bajos ingresos. Las encuestas disponibles, recoge FMI, indican que unas 10.000 personas poseen una cuarta parte de todos los bitcoins.

Prohibir los criptoactivos no será efectivo a largo plazo, según FMI

Las transacciones criptográficas, según el organismo internacional, tienen similitudes con las transacciones en efectivo en su potencial para ocultarse a las administraciones tributarias. En la actualidad, la proporción de compras realizadas con criptomonedas sigue siendo pequeña. «Pero su uso generalizado, si los sistemas tributarios no están preparados, podría significar una evasión generalizada del IVA y los impuestos sobre las ventas, lo que conduciría a ingresos gubernamentales sustancialmente más bajos. Esta puede ser la mayor amenaza de las criptomonedas», apunta FMI.

Seudónimos

«Una de las dificultades más importantes para gravar los criptoactivos es que son seudónimos. Es decir, las transacciones utilizan direcciones públicas que son extremadamente difíciles de vincular con individuos o empresas. Esto puede facilitar la evasión de impuestos. Por lo tanto, la implementación está en el centro del asunto para las autoridades fiscales», señala el organismo.

La fiscalidad de los criptoactivos en España, Colombia, Chile y Argentina

Este problema puede dejar de serlo cuando las personas realizan transacciones a través de exchanges centralizados, ya que estos suelen estar sujetos a las reglas de «conozca a su cliente» y retenciones de impuestos. Muchos países están implementando tales reglas con la expectativa de que el cumplimiento tributario mejorará, recoge el informe

Katherine Baer, ​​Ruud de Mooij, Shafik Hebous y Michael Keen, redactores del informe, señalan que desde la aparición de Bitcoin en 2009, los criptoactivos que pueden usarse como instrumentos de pago han proliferado en más de 10.000 variantes. «La velocidad desconcertante con la que se han desarrollado y el seudónimo que pueden proporcionar han dejado a los sistemas tributarios tratando de ponerse al día», señalan.