Banco de Inglaterra y el regulador FCA lanzan Sandbox de Valores Digitales

Banco de Inglaterra y la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) de Reino Unido se han unido para lanzar un Sandbox de Valores Digitales o Digital Securities Sandbox (DSS). El objetivo del DSS es ofrecer a las empresas la oportunidad de explorar el potencial de la tecnología de registro distribuido (DLT) de manera segura. La iniciativa, según ambos reguladores, contribuirá a impulsar la posición de liderazgo de Reino Unido como centro financiero global, mediante la creación de condiciones adecuadas para la inversión, la innovación y el crecimiento sostenible.

Ambas instituciones consideran que las DLT tienen el potencial de hacer que los mercados sean más eficientes, transparentes y resilientes. Si se implementan con éxito, dichas tecnologías podrían generar ahorros en los mercados y entre sus usuarios, al hacer que los procesos existentes sean más rápidos y más baratos, indican.

El Sandbox de Banco de Inglaterra y FCA

El Sandbox de Valores Digitales facilitará el uso de tecnología de registros distribuidos (DLT) en la emisión, negociación y liquidación de valores, al permitir que las empresas operen bajo un marco legal y regulatorio modificado temporalmente. Banco de Inglaterra indica que el DSS también permitirá una nueva forma de formulación de políticas. Los reguladores pueden observar la actividad y considerar si se requieren cambios en las reglas o la legislación para hacerla posible, indican.

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El DSS permitirá a las empresas probar nuevos modelos de negocio. Ambas entidades indican que la intención de los reguladores es que el ecosistema financiero en general pueda interactuar con un nuevo participante en el sandbox de la misma manera que lo haría con una FMI tradicional. Sin embargo, para proteger la estabilidad financiera, se pondrán límites al valor de los valores emitidos en el DSS.

El DSS estará operativo hasta diciembre de 2028, pero el Gobierno podrá prorrogarlo. Se espera que el plazo para solicitar la adhesión al DSS se cierre alrededor de marzo de 2027, de modo que los reguladores y las empresas que lo integran puedan prepararse para una transición a un posible nuevo régimen permanente, siempre que las nuevas tecnologías se implementen con éxito.