Hoy, cinco de noviembre, se celebran las elecciones a la Presidencia de EEUU más disputadas y toda la industria cripto estará pendiente de los resultados. Más disputadas en casi todos los sentidos. En primer lugar, porque nadie se atreve a dar un pronóstico, dada la situación de empate que reflejan las estimaciones de los sondeos pre-electorales. Especialmente aquellos que tienen en cuenta la potencial inclinación de los indecisos, en el caso de que lleguen a superar la indecisión y votar.
Elecciones en EEUU e industria cripto
En segundo lugar, disputadas por el ácido tono que ha adquirido el debate público, convertido principalmente en un ataque personal al contrincante, que en una defensa de la propia propuesta. Sin embargo, hay un aspecto en el que parecen converger demócratas y republicanos: la necesidad de regular los activos digitales en general y los criptoactivos en particular, vinculando esta necesidad al liderazgo estadounidense en las finanzas planetarias.
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Los ataques personales han tenido una función: evitar hablar de las propuestas concretas. Han abundado las propuestas generales. Es decir, las promesas grandilocuentes sobre lo que cada uno de los candidatos hará. Para eso son las campañas electorales, para prometer. Pero el descenso a lo concreto ha sido evitado por ambos.
Tal evitación de comprometerse con líneas concretas de actuación tiene su justificación dentro de la estrategia de evitar pérdida de votantes. Algo que se consigue más eficazmente si se ataca al candidato de la competencia. Ataque al contrario más fundamentado en lo que “no ha hecho”, que en lo que el “otro promete”.
Política liberal o tecnoliberal
Así, en Trump existen dudas de si, en caso de victoria electoral, se decantará por una política liberal o incluso tecnoliberal, como parece mostrar cuando comparte escenario y abrazos con Elon Musk, o una política soberanista conservadora, como la que inspira Vance, su potencial vicepresidente. En el caso de Harris las dudas son aún mayores, heredadas en muchos casos de las propias dudas dejadas por el actual presidente, Joe Biden. Por ello, su perfil más marcado es el de anti-Trump: estoy aquí para que Trump no gane; pero pocas luces sobre lo que hará, si gana ella.
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Independientemente de la ausencia de tales concreciones, hay diferencias claras. Especialmente en marcos geopolíticos e incluso económicos. Ahora bien, cuando se ponen a hablar de los activos digitales, como prefiere denominarlos Harris, o de los criptoactivos, como prefiere llamarlos Trump, el término que aparece es el mismo: regulación. La necesidad de regular. Esto es un evidente reconocimiento de la importancia que tienen y tendrán estos activos. Claro está, la forma en que regule uno u otro puede ser muy diferente. Pero, para eso, habrá que esperar a los agitados días que vienen a partir de hoy.
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