benidorm metaverso
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Benidorm entra en el metaverso, el espacio donde se desarrolla la modernidad virtual

El Ayuntamiento de Benidorm ha comprado suelo en el metaverso. No es el primer ayuntamiento, ni la primera institución pública que lo hace. Sin embargo, el que haya sido Benidorm uno de los primeros en hacerlo en España no puede pasar desapercibido, pues esta ciudad levantina tiene profundas connotaciones en el imaginario español.

Benidorm y el metaverso

Benidorm es una localidad que simboliza muchas cosas. El desarrollo de la industria turística española, promoviendo el turismo de sol y playa. Junto a esto, simboliza también cierta libertad y apertura, en momentos de dictadura y cierre de hábitos, usos y costumbres. También llegó incluso a simbolizar la transgresión a la española, antes de que la afamada movida madrileña diese sus primeros pasos. Pasó a ser la síntesis de la cumbre de la sociedad de consumo a la española, como la denominó el profesor Castillo, cuando fueron los españoles los que recorrían sus calles y atestaban sus playas. Después, pasó a significar rincón de viaje o incluso retiro de invierno de muchos jubilados. Principalmente españoles; pero también europeos. Ya fueron los tiempos en que el sociólogo Mario Gaviria la señaló como modelo de desarrollo urbano ecológico. Donde unos veían concentración y masificación urbana, con sucesión de muy elevados edificios, él observó eficiente gestión ecológica del espacio urbano.

El metaverso como gran túnel publicitario que nos convierte a todos en publicidad

Benidorm ha simbolizado muchas cosas a lo largo de los últimos años de nuestra vida. Hasta el punto de poder ser considerada la localidad de la modernidad a la española. Siempre un paso por delante. Ahora lo hace entrando de lleno en el metaverso, que es, en estos momentos, el espacio en el que se desarrolla la modernidad. Benidorm, que ha dado muestras de su magistral capacidad para ser el escenario de los principales significantes de nuestra modernidad avanzada postindustrial -consumo, rascacielos, ocio, playa, fastfood, parques temáticos, tiendas de souvenir sin recuerdos, etc.- se adentra así un paso más en el escenario de la modernidad virtual. Ya se había convertido en el primer Destino Turístico Inteligente certificado del mundo. Certificado con denominación acertadamente polisémica.

Transformar visitantes virtuales en físicos

La finalidad de la decisión metaversiana parece obvia, compartida por otras ciudades que también se encuentran en el metaverso. Se trata de producir visitantes virtuales de la localidad con el pragmático horizonte de transformar estos en visitantes reales, físicos, de los que necesitan habitación y cama para dormir, y restaurantes o tiendas para comer.

contamos las diferencias entre los distintos tipos de metaversos

De hecho, Benidorm profundiza así en la lógica del simulacro de la que ya era un competente gestor. El simulacro, como nos apuntaba hace años Jean Baudrillard, no es sino el esfuerzo de entrar en contacto o crear los significados de lo que antes era sólo significante. Por lo sencillo: de hacer realidad lo que antes eran “sólo” imágenes. La práctica turística se mueve principalmente por esta dinámica del simulacro, intentando certificar que La Gioconda, la Torre Eiffel, el Taj Mahal o Michey Mousse son reales porque ahora aparecen en una fotografía con nosotros en primer plano.

Con la entrada en el metaverso, Benidorm entra en el gran escenario de los significantes. Todo en el metaverso es un significante. Los gestores municipales de la localidad dicen que lo hacen pensando que, así, el visitante virtual acabará visitando la Benidorm auténtica. Pero, a partir de estos momentos, la Benidorm auténtica será la que está en el metaverso. De ahí que haya que tener mucho cuidado con lo que se diseña. En especial, con las experiencias que se promuevan en el mismo. Los que vengan a partir de ese paso por la Benidorm del metaverso no serán sino inspectores-certificadores de que la Benidorm auténtica del metaverso tiene eso que los lingüistas llaman referente. La Benidorm que se erige hacia el cielo frente al Mediterráneo será el necesario referente de la Benidorm auténtica del metaverso.

Las marcas están construyendo al metaconsumidor del metaverso

Interacciones entre avatares

En el metaverso, el escenario es el propio metaverso. Lo que se encuentra en este escenario ha de ser proveedor incesante de experiencias intensas y satisfactorias. Alta es la responsabilidad que recae con sobre los diseñadores de la concebida como versión virtual de Benidorm, la empresa Six 3D, a los que deseamos lo mejor para este trabajo. Ahora bien, si empieza a ser concebida como tal versión, se empieza con un problema. Es no entender que la ciudad de ladrillo pasa a ser la versión de la ciudad virtual. Como señala su común etimología latina vir, que une lo virtual y lo virtuoso, la fuerza ha de estar en la ejecución virtual.

Las grandes tecnológicas también quieren nuestros sueños en el metaverso

Otro error sería constituir el Benidorm en el metaverso en un continuo mensaje publicitario. Un machacón “venga a Benidorm, visite Benidorm”. El mensaje motivador en el metaverso se rige por patrones distintos a los de la repetición y repetición. En el metaverso lo importante no es lo que se enseña, pues esto casi se desdeña, sino las interacciones producidas entre avatares. Se trata, en definitiva, de generar tan intensas experiencias en el metaverso que, tal vez, los visitantes a “Benidorm Land” se sientan tan enganchados que no quieran salir de este espacio virtual. Algo que iría en detrimento con el objetivo final de producir “visitantes reales”. Pero, tal vez otros, tras la intensa experiencia virtual, imaginaria, se vean empujados a recorrer a pie esa localidad que un día decidió pasar de Benidorm a Benidorm Land. Al fin y al cabo, las decisiones de la gente están llenas de esos “viajes al origen”.

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Javier Callejo
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