soberania metaverso
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Barbados abre la pregunta sobre la soberanía en el metaverso 

Barbados ha dicho que abrirá una embajada en el metaverso de Decentraland, pero también ha abierto la pregunta sobre la soberanía en el metaverso. Siempre que un país abre una embajada es un mensaje al mundo sobre su existencia, sus intenciones e incluso sobre su política internacional. Al menos, para el mundo diplomático. Ahora bien, cuando esa delegación se abre en un territorio tan especial como el del metaverso, el mensaje trasciende el campo de las relaciones internacionales. Supone apuntar hacia otros mundos y otras lógicas.

Barbados y la soberanía en el metaverso

No han faltado críticas a la iniciativa del pequeño país caribeño, que, desde esta esquina europea, evoca más las aventuras de Emilio Salgari que el realismo político de un Henry Kissinger. La mayor parte de ellas han señalado que se trata de un mero acto publicitario, sin apenas consecuencias prácticas, como no sea el que cualquier avatar perdido pida información sobre aspectos del país y un avatar-empleado en la embajada metaversiana se la dé. Al menos, de momento. Y ya sabemos lo que duran los momentos en esto de la innovación tecnológica: prácticamente nada. Como dice Harmut Rosa, vivimos alienados por la aceleración. Por la aceleración tecnológica-blockchiana, añadiría.

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Ahora bien, incluso manteniéndonos en este débil “de momento”, no son pocas las preguntas que pueden derivarse de esta acción. Creo que la más importante es la relacionada con el concepto de soberanía. Según el filósofo Jean Bodin, a quien se reconoce como principal referencia en el concepto, soberanía es el poder absoluto y perpetuo de una República. Como ha llovido mucho desde este apunte del siglo XVI, también se ha matizado mucho la comprensión del concepto. En lo que aquí importa y centrándonos en la cuestión de las embajadas, éstas eran el resultado de un acuerdo internacionalmente avalado por tratados de amplio reconocimiento entre dos estados soberanos, el receptor y el emisor. El estado receptor asume la cesión de soberanía de ese pequeño trozo de su territorio a la soberanía del estado emisor, comprometiéndose a protegerla. En la mayor parte de los casos, conlleva emisiones-recepciones recíprocas.

¿Qué estado es soberano en los metaversos?

La cuestión que se abre aquí es qué estado es soberano en los metaversos. Ninguno. Al menos, que se sepa en los metaversos descentralizados. Por otro lado, la pregunta espejo nos pone ante la evidencia de la gran transformación en nuestras lógicas de pensar y actuar que suponen los metaversos. Así, no parece que tenga sentido que nos preguntemos por el lugar que, en las islas Barbados, abrirá oficina el metaverso de Decentraland, en cortés respuesta a la acción del país caribeño. No tiene sentido. El metaverso estará en cada ventana que posibilite la entrada en ese mundo virtual.

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En todo caso, si alguien había creído que el metaverso nada tenía que ver con la política, la bárbara irrupción de Barbados en el metaverso supone un baño de realismo virtual. También aquí está la política. También aquí está el poder.

Como tal imaginario alternativo distinto de los autoritarios imaginarios utópicos, tal como intentábamos reflexionar en este sitio el domingo pasado, su política parece distinta. El metaverso no promete imaginarios futuros, para poder hacer política en el presente. El metaverso ofrece un imaginario con la posibilidad de hacer política en el mismo. Es lo que seguramente ha hecho Barbados.

Un metaverso descentralizado

Para hacer política, se ha instalado en un metaverso descentralizado. Esto es muy significativo. Ha instalado su soberanía diplomática en un metaverso sin propietarios monopolistas, haciéndose con la propiedad de un espacio.

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En los metaversos descentralizados, la soberanía se adquiere a partir de la propiedad. De la adquisición irreversiblemente registrada de sus espacios. En principio, no hay limitación a esta soberanía derivada de una soberanía política, como la que se encuentra en un estado, cuya soberanía se impone a los derechos de propiedad. En todos los estados, por definición, los derechos de propiedad están subordinados a la soberanía política. Esto no ocurre en los metaversos descentralizados. En ellos, la soberanía deriva directamente de la propiedad.

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¿Cabe pensar que ocurrirá lo mismo en los metaversos que son propiedad de grandes operadoras tecnológicas, como Facebook/Meta o Microsoft? No. Su propiedad única, convertida en soberanía absoluta, se impondrá sobre la soberanía-propiedad de quienes han adquirido territorios en los mismos. Si es que tal adquisición puede llevarse a cabo. La compañía metapropietaria del metaverso será la soberana absoluta. Los derechos que pudieran tener sus usuarios derivarían de esta soberanía propietaria o porque los estados soberanos se ponen a regular las relaciones en el metaverso. Pero estos propietarios-en-el-metaverso, carecen de soberanía frente al propietario-del-metaverso.

Por todo ello, parece comprensible la decisión de Barbados. Cuando de manera directa o indirecta están comprometidos asuntos de soberanía, parece que optar por un espacio metaversiano sin soberanía embargada es lo lógico.

*Foto del laboratorio de medios que Observatorio Blockchain ha abierto en Decentraland

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Javier Callejo
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