Si las criptomonedas vinieron para quedarse se sabrá en 2023
Si las criptomonedas vinieron para quedarse se sabrá en 2023

Si las criptomonedas vinieron para quedarse se sabrá en 2023

No ha sido buen año para las criptomonedas, desde la perspectiva de su cotización. Bitcoin, por ejemplo, empezaba el año rozando los 42 mil euros y ahora apenas sobrepasa los 15 mil. Casi ha perdido dos tercios de su cotización. Dos tercios que es exactamente lo que ha perdido Ethereum en el mismo período. Por el mes de mayo -era primavera- empezó a agudizarse el denominado criptoinvierno. Cuando eran las fechas en que se esperaba salir del mismo. Ahora profundiza en su estado, al converger con el invierno astronómicamente definido. De hecho, casi todos los años, por estas fechas, las criptomonedas tienen su criptoinvierno. Pero era algo que se empezaba a entender como pasajero. Casi, como una cíclica estación de las critpomonedas. Hasta se pensaba en ello desde una perspectiva positiva, ya que la bajada de precios podía empujar a desarrollar determinado tipo de proyectos. Por ejemplo, Vitalik Buterin nos hablaba del efecto beneficioso de los criptoinviernos. Ahora, su alargamiento, lleva a pensar en términos de glaciación o, al menos, de metacriptoinvierno, de invierno del invierno en el sistema de las criptomonedas.

Vitalik Buterin dice que los periodos de criptoinvierno son buenos para la tecnología

Las razones para haber llegado a esta situación son de diverso calado. Por supuesto, han tenido especial incidencia las grandes quiebras experimentadas. Por ellas mismas y por lo que tienen de prácticas opacas y delictivas. Léase el reciente caso de FTX. Casos como éste espantan a cualquiera. Lo que eran reticencias, dudas, se convierten en distancias kilométricas y miedos. Es cierto que hay miles de proyectos, con su criptomoneda o vinculados a criptomonedas existentes, que lucen por su limpieza y transparencia. Pero, hay que reconocerlo, el volumen del capital y las prácticas conocidas de los fiascos que han explotado, han oscurecido todo el conjunto del panorama de las criptomonedas.

Criptomonedas 2023

También están las regulaciones que no llegan por parte de los estados. Tampoco los principales actores en el sistema de las criptomonedas han dado un paso para establecer marcos de transparencia que fuesen, si no obligatorios, al menos ejemplares y de referencia. De hecho, parece difícil que esos grandes actores puedan establecer acuerdos, pues están más en la lógica de la competencia que en la de hacer sostenible la industria en la que compiten. En la actualidad, compitiendo directamente por la supervivencia en muchos casos. El capitalismo, a lo largo de su historia, ha necesitado frecuentemente de estos grandes acuerdos. Al fin y al cabo, el capitalismo nace, vive y se reproduce ampliadamente entre instituciones. Ni por parte de los poderes públicos, ni por parte de los poderes privados, ha habido un esfuerzo de institucionalización. La propia lógica cultural de las criptomonedas tiene dificultades para digerir lo institucional. Al menos, tal como se ha venido entendiendo.

Quienes llevan mucho tiempo en esto, tal vez desde esos inicios en 2009, la cotización de hoy es casi infinitamente superior a la de los primeros días y meses. Cotización en valor económico y en valor simbólico. Muchos de los otros, entran y salen. Tal vez entran con una desmedida ambición de enriquecimiento y, al poco tiempo, salen trasquilados. Pero el trazado de este eje que separa fieles convencidos y advenedizos no nos debe relativizar en demasía la importancia que tiene la cotización de las criptomonedas para todo el ecosistema Blockchain.

La cotización de las criptomonedas sí importa

Claro está, en primer lugar la cotización es muy importante para quien posee criptomonedas. No se posee lo mismo cuando algo vale 1, que cuando ese algo vale tres veces más. La posición financiera cambia radicalmente, en cuanto la base patrimonial en criptomonedas sea relativamente importante. Una posición financiera que ayuda a generar proyectos o, sencillamente, a dar una configuración del futuro.

Es enormemente importante para la industria de las criptomonedas, especialmente los exchanges, con sus empleados. La mayor parte, entre los más importantes, se ha visto obligada a prescindir de trabajadores. Si no hay tráfico, si no hay flujos, no hay negocio.

Pero, sobre todo, la cotización es el mejor -y el peor, cuando baja- anuncio del mundo de las criptomonedas. Cuando suben su cotización, aumenta paralelamente el número de consultas en los buscadores sobre la cuestión. El interés es lo que mueve. Ya lo decía La Fábula de las Abejas, de Mandeville.

Apocalípticos e integrados

De momento, por estos lares, el debate parece ahora encasquillado entre apocalípticos e integrados, como decía el divertido ensayo de Umberto Eco sobre la industria cultural de masas. Apocalípticos que nos avanzan el final de las criptomonedas y repiten hasta la saciedad que se trata de algo que carece de referencias en lo que llaman «la economía real», como si todo el sistema financiero de las monedas fiat fuera un directo reflejo de esa «economía real».

Como si los propios movimientos financieros no fuesen economía real o careciesen de efectos performativos sobre la economía real. Por otro lado, los integrados que no hacen sino repetirnos la letanía de que las criptomonedas han venido para quedarse. Así, sin mayores argumentos. El año 2023 nos dirá quiénes tienen razón, pues tal debate, tal como está, no puede durar mucho más.

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Javier Callejo
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