Las clases medias son las que menos criptoactivos tienen, según el BCE
Las clases medias son las que menos criptoactivos tienen, según el BCE

Las clases medias son las que menos criptoactivos tienen, según el BCE

Durante esta semana pasada y como se daba cuenta en El Observatorio Blockchain, el BCE (Banco Central Europeo) ha publicado un informe que refleja los resultados de una encuesta online realizada, en noviembre de 2021, a muestras de ciudadanos entre 18 y 70 años de distintos países de la UE, sobre su disponibilidad de criptoactivos.

El informe tiene el atractivo título de “Desencriptando los riesgos de estabilidad financiera en mercados de criptoactivos” (Decrypting financial stability risks in crypto-asset markets). Realmente es una parte del informe de estabilidad financiera correspondiente al mes de mayo de 2022. Como apuntaba el lingüista pragmatista John Searle, las instituciones son las que dicen y confirman lo que importa. Pues bien, el BCE, nos vuelve a decir que los criptoactivos importan.

Clases medias y criptoactivos

Importan a la propia institución, encargada de velar por la estabilidad del sistema financiero, e importan a los ciudadanos. A los ciudadanos les importa de distinta manera, según sus ingresos. Es aquí donde se ofrece un gráfico con una misteriosa U, donde los menos interesados en los criptoactivos son los sectores medios de la sociedad, frente a los de mayores y menores ingresos. Es la misteriosa U del uso de los criptoactivos.

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El informe nace justificado desde la preocupación por la creciente presencia de inversores institucionales en el ecosistema cripto, reconociéndose las interconexiones entre el sistema financiero tradicional y el de los criptoactivos. Con los correspondientes riesgos. Como se dice en la introducción, con calificativos de sorpresa: a pesar de los riesgos, la demanda de criptoactivos por parte de los inversores no para de crecer.

Pero lo que aquí nos interesa particularmente son los resultados que presenta de la denominada Consumer Expectation Survey (CES) del propio BCE. La Encuesta de Expectativas de Consumidor. Un tipo de operación habitual en muchos países y realizada por distintas instituciones. En España, por ejemplo y desde hace 11 años, mensualmente conduce una el Centro de Investigaciones Sociológicas, a partir de la que se elabora el Índice de Confianza del Consumidor.

La mayor parte de los hogares, 1.000 euros

La encuesta del BCE ha incluido, para esta ocasión y con carácter experimental, preguntas sobre la posesión de criptoactivos en hogares en Holanda, España, Italia, Bélgica, Alemania y Francia. Países que vienen así ordenados desde el que más proporción de hogares presenta con criptoactivos -poco más del 14% en Holanda- al que menos: 6% en Francia.

El valor de los criptoactivos que tiene la mayor parte de estos hogares (37%) no llega a los 1.000 euros. Solo un tercio de los hogares entrevistados dispone de criptoactivos por un valor por encima de los 5.000 euros. Aunque lo de “solo” siempre es matizable. Pueden considerarse relativamente bastantes: aproximadamente el 3,3% de los hogares de estos países europeos tienen en su patrimonio más de 5.000 euros en criptoactivos.

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Lo realmente llamativo es la distribución de la posesión de los criptoactivos en función de los ingresos del hogar. En un principio y como era de esperar, son los hogares con más ingresos los que en mayor proporción disponen de criptoactivos. Llega al 21% de los hogares con más ingresos en Holanda, y a más del 15% de los hogares con más ingresos en España. Es más, puede decirse que el grado de inserción de los criptoactivos en los hogares en un país viene marcado por el grado en que los hogares de más ingresos los tengan. Para que nos hagamos una idea y haciendo una grosera estimación a partir de los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares, el 15% de los hogares españoles con ingresos mensuales netos por encima de los 3.300 euros tienen criptoactivos. 

Más entre los hogares con menos ingresos

Según hay menos ingresos en los hogares, va descendiendo el porcentaje de hogares, dentro de esos niveles de ingresos, que tienen criptoactivos. Hasta aquí, lo esperable. Lo llamativo es que, para los casos de Holanda, España, Bélgica y Francia, la proporción de hogares con criptoactivos es mayor entre los hogares con menos ingresos (quintil de menos ingresos), que el quintil central o medio. Es decir, en los hogares que en España tienen ingresos netos mensuales por debajo de los 1.100 euros, hay mayor proporción de hogares con criptoactivos, que entre los que tienen ingresos entre 1.700 euros y 2.200 euros.  

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Una explicación que puede venir dada por los distintos tipos de hogares que se encuentran tras las distintas categorías de ingresos. Así, entre los hogares con menos ingresos, hay más hogares unipersonales, lo que inicialmente puede inclinar a una mayor asunción de riesgos. Pero también podría apelarse a otros argumentos. Unos de carácter cultural: entre las clases medias funcionariales, entre los que se encuentran esos niveles de ingresos medios, hay una mayor aversión al riesgo y, por lo tanto, es previsible una mayor distancia de los criptoactivos.

La relación con la formación

Otros, de carácter formativo: el salto notable en posesión de títulos de estudios superiores se da en España en el paso entre personas que ocupan el sexto decil de ingresos y los que ocupan el séptimo decil de ingresos, yendo de menos ingresos a más, lo que correspondería, haciendo la traslación al salto desde el tercer al cuarto quintil del BCE, que va de más ingresos a menos ingresos.Coinhouse avanza hacia la democratización de las criptomonedas

Por último, puede argumentarse que, aun cuando en todos los tipos de hogares, clasificados por sus ingresos, hay hogares con criptoactivos, la función de estos es distinta en unos y en otros. En los de más ingresos, tienen un carácter patrimonial. Una forma de diversificar la cartera, asumiendo cierto riesgo en algunos activos, a cambio de una mayor expectativa de beneficio. En los hogares de menos ingresos, mezclado con la potencial tentación de experimentar con las criptomonedas, se encuentre la realización de pagos o la recepción de pagos. Es decir, más como un instrumento de pago.

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Es posible que tras la U se encuentren estos argumentos y alguno más. Los resultados ofrecidos por el BCE solo permiten especulaciones. Al menos de momento, no se ofrecen los archivos de microdatos de la Encuesta Sobre Expectativas del Consumidor, lo que permitiría poner a prueba algunas de las teorías ya afincadas en una disciplina como la sociología del dinero. Aunque el misterio también tiene su atractivo y es motor para hacer avanzar la disciplina.

Foto Pixabay

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Javier Callejo
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