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La salida a bolsa de Coinbase y el uso cotidiano y masivo de las criptomonedas  

Con la salida a bolsa de Coinbase se asiste a la probablidad del uso cotidiano y masivo de las criptomonedas. Como viene informando Observatorio Blockchain, el miércoles, 14 de abril, la plataforma para la adquisición y venta de criptomonedas Coinbase sale a la Bolsa de Valores de Estados Unidos. Otro exchange, Kraken, ha anunciado que lo hará el año que viene.

Más allá de los detalles de tales entradas, sobre los procedimientos elegidos, los beneficios, sus balances, las cuentas de resultados, las previsiones o los propios valores de estas empresas, ha de resaltarse el significado que tiene la noticia de cara al reconocimiento social de las criptomonedas. Simbólicamente, las criptomonedas se alzan al lugar de los poderes económicos.

Salida a bolsa de Coinbase y criptomonedas

La Bolsa de valores es un lugar de encuentro entre vendedores y compradores generales y normalmente anónimos de títulos. Es decir, en principio –y al final- no deja de ser sino un mercado institucionalizado en el que tanto unos, ofertantes, como otros, adquirientes, saben que se encontrarán de manera regular. Desde tal concepción, el “salir a Bolsa” es como “ir al mercado” a vender los títulos que tienes que, de manera dominante, suelen ser las acciones de la sociedad o compañía. Hay otras distintas Bolsas; pero desde hace casi un siglo la que ha adquirido especial relevancia es la de acciones, la de los títulos que representan empresas. Pero no puede dejarse de lado que son empresas cuyo valor deriva de los bienes y servicios que ofrecen.

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El sociólogo alemán Max Weber, especializado en Derecho Mercantil durante sus primeros años profesionales, definió la Bolsa a principio del siglo XX como: “el mercado de los artículos de consumo de masas, en el cual se organiza continuamente una poderosa oferta y, en correlación con ella, una igualmente poderosa demanda”. Lo que nos da idea del carácter general, en cuanto a lo que podía encontrarse bajo el rótulo de Bolsa, que tenía la institución. En todo caso, nos ofrece una serie de características que son pertinentes al caso.

Representación del poder

En primer lugar, como institución, la Bolsa es un lugar de representación del poder. Del poder económico y empresarial. Entrar en ella es dar el paso hacia la esfera pública económica más excelsa de una sociedad y, por lo tanto, al reconocimiento que esa sociedad haga de los bienes, servicios y prácticas que propone la empresa que da tal paso.

Como ya sabemos, dentro de las empresas que cotizan en Bolsa, hay algunas que adquieren un papel relevante, a las que se señala con mayor poder. Por eso se habla de los índices selectivos, que recogen la cotización de las empresas nacionales consideradas de mayor importancia. Son las seleccionadas, dentro de un club ya selecto, conformado por todas las cotizadas. Puede avanzarse un poquito más y apuntar que las empresas que funcionan en Bolsa, que cotizan, son aquellas que ofrecen bienes, servicios y prácticas que son cotizadas por la sociedad. Por eso que Weber denominaba una poderosa demanda.

De los cereales a las criptomonedas

En los orígenes históricos de la Bolsa, los bienes que dominaban las Bolsas eran principalmente cereales, en sus distintos tipos y categorías, los que protagonizaban los encuentros entre comerciantes. Nadie ponía en duda el valor del bien, tan básico para las sociedades de entonces. Despuées, cobraron relevancia las empresas que ofrecían bienes industriales o aquellas relacionadas con los medios de transporte, como el ferrocarril, primero, o el automóvil, después. Hoy, pretenden sumarse a ese protagonismo las criptomonedas.

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Al entrar en la Bolsa, de la mano de Coinbase, las criptomonedas llaman a la puerta de los bienes básicos y esenciales de la sociedad. Aquí se establece un interesante juego reflexivo, propio de todo proceso de institucionalización. Al entrar como bien cuyos ofertantes, empresas, reclaman ser reconocidas como tal bien básico y esencial de nuestra sociedad. Están reclamando esa poderosa demanda, de la que hablaba Weber. Si encuentran tal poderosa demanda, significándose en forma de buena cotización de los títulos de la empresa, la institucionalización del bien o servicio ofertado ha de ser considerada como irreversible. Las criptomonedas dan, así, un paso de gigante en su institucionalización.

La relación entre criptomonedas y dinero fiat se estrecha

En segundo lugar, aun cuando derivado de la primera característica, es establecer la fungibilidad del bien que se ofrece. Tanto del bien en sí mismo, las criptomonedas, con lo que tiene esto de señalización de su intercambiabilidad con otros bienes, incluido el dinero fiat, como de los títulos o acciones que las empresas ponen en venta. Algo que puede ser comprado y, a la vez, vendido y comprado por cualquiera que esté interesado. Así, la relación entre las criptomonedas y el dinero fiat se estrecha, a partir de la relación entre las empresas que ofrecen servicios de gestión de criptomonedas y ese dinero fiat.

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Como tercera característica de la Bolsa, hay que destacarla como encuentro entre expectativas. De hecho, la cotización puede entenderse como un significante de expectativas. En definitiva, lo que se cree que vale la empresa, en función de lo que se cree que valdrá, de los beneficios que obtendrá. Por lo tanto, en este caso, de las expectativas que la sociedad despliega con respecto a las criptomonedas. Es seguramente este el aspecto más relevante de la decisión tomada por Coinbase, pues permite establecer cuáles son las expectativas de la sociedad con respecto al uso y extensión práctico de las criptomonedas. Se trata de las expectativas de la sociedad con respecto a este bien.

Expectativas de los inversores

Coinbase tiene expectativas de aceptación de las criptomonedas. De momento, es una insinuación. Un aquí estamos, para los que creen que las criptomonedas y, por lo tanto, los servicios para la gestión de las mismas tienen futuro. Es, como dice otro sociólogo alemán, Niklas Luhmann, un: “ofrecimiento positivo de sentido que, a su vez, se expone a la encrucijada de la aceptación o del rechazo”. El rechazo contradice la expectativa de aceptación. Ahora, el juicio está entre los inversores. En las expectativas de los inversores. En las expectativas de que la relación de la sociedad con las criptomonedas va a experimentar una notable variación hacia una mayor profundidad. Las expectativas de que algunas estructuras tienen probabilidades de cambiar.

La probablidad del uso cotidiano y masivo de las criptomonedas

Hace apenas un decenio, el hecho de la mera existencia de una empresa dedicada a dar servicio de gestión de servicios relacionados con las criptomonedas, nos hubiera parecido algo altamente improbable. Hoy, se abre la probabilidad de que esa empresa inicialmente improbable sea reconocida ampliamente por los inversores, que, a su vez, reconocerían sus expectativas de que las criptomonedas se convirtiesen en un bien masivo. Con la salida de Coinbase a bolsa se asiste a la probablidad del uso cotidiano y masivo de las criptomonedas.

Foto de Free-Photos, en Pixabay

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Javier Callejo
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