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Euro digital fuerte y a tiempo para el reinicio de Europa tras el Covid-19

Es el momento para un Euro digital fuerte. El reinicio de Europa tras la crisis económica producida por la pandemia está en juego. Edwin Kinoti, del think-tank alemán dGen, ha publicado el estudio titulado “CBDCs: Geopolitical Ramifications of a Major Digital Currency”. En él, se analiza el papel del nuevo dinero en el reinicio de Europa tras el Covid-19.

El informe traza las líneas principales de lo que sería una Europa con una extensión del uso generalizado de la tecnología blockchain, haciendo especial hincapié en el desarrollo de una CBDC europea. También se perfilan las amenazas que sobre el continente se ciernen de no ejecutar correctamente las decisiones. De hecho, se subraya la importancia de hacerlo bien. Esta vez, no basta con hacerlo. Hay que hacerlo bien y, como subraya el informe, a tiempo. El aviso es claro: el euro será rebasado por el Yuan Digital si no existe una Euro-CBDC en 2025. A la vuelta de la esquina.

Vidas digitalizadas

Se parte de un principio que parece indiscutible: nuestras vidas se han digitalizado, incluyendo la cara económica de tales vidas; pero el dinero no. Los pasos recientes, desde Bitcoin hasta Libra de Facebook o el Yuan digital, van en la dirección de esa digitalización del dinero. Unos pasos llevados tanto desde la iniciativa pública, con sus potenciales derivadas geopolíticas y la gobernanza del mundo; como desde la iniciativa privada, con sus consecuencias en la soberanía de los Estados.

El proceso hacia la digitalización del dinero y el dinero programable se ha acelerado a partir de la expansión de la pandemia del Covid-19 por todo el mundo. Un aviso para no alargar las conversaciones entre gobernantes europeas hasta el infinito; aunque estas serán necesarias. Una vez más, Europa está en medio de la tensión entre el polo de la exigencia de ir hacia una mayor integración, como paso necesario para su reforzamiento como actor político o económico, y, por otro lado, las fuerzas centrífugas, ante la falta de acción común convincente. Esto no es nuevo. Como se deja ver en el estudio, el reinicio de Europa tras la crisis económica producida por la pandema está en juego. Es el momento para un Euro digital fuerte.

Bancos comerciales

Claramente hay una apuesta en el documento por las CBDC. Incluso con apoyo en palabras grandilocuentes: “la oportunidad para los bancos centrales de revaluar la misión del dinero”, sobre la posibilidad de la relación directa entre estos bancos centrales y los ciudadanos, sin la necesidad de intermediarios, como los bancos comerciales.

Ello en un contexto en el que se prefigura el fin del Dólar norteamericano como moneda de reserva para el comercio internacional. Tras exponer algunos datos macroeconómicos de Estados Unidos, el estudio sentencia: el tiempo del dominio del Dólar se ha acabado.

Lo que pase al dólar afectará al euro

El Euro, que es desde donde principalmente habla el informe, es la segunda gran moneda para los intercambios internacionales. Ahora bien, la desdolarización no la refuerza sino, al contrario, puede arrastrarla, porque lo que está en juego es la supervivencia de un sistema vinculado a reservas de dinero físico, para entendernos. Si el Dólar puede, al menos, estornudar por la competencia de monedas digitales, el euro podría entrar en una especie de unidad de cuidados intensivos, arrastrando al sistema financiero europeo.

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Ahora bien, si la digitalización del euro se hace mal y tarde, podría generarse un Euro digital débil. Inicialmente, podrían verse beneficiados de esta debilidad los países europeos exportadores de bienes poco elaborados, como los agrícolas. Tendrían mayor facilidad para la exportación. A la larga, el conjunto de la eurozona perderia el tren de la innovación. No obstante, no dejan de estar presentes los contrapuestos intereses entre los países exportadores de bienes con mucho valor añadido y fuerte contenido tecnológico, por un lado, y los países exportadores de bienes del sector primario. Por lo tanto, el esfuerzo político es importante.

Cambios en la economía global

Un Euro digital no solo transformaría el sistema monetario de la Eurozona, también cambiaría la economía global. Hay que tener en cuenta que, en la actualidad, una de cada seis transacciones internacionales se lleva a cabo en la zona euro y que la propia moneda única europea es utilizada en el intercambio ente países fuera de esta zona, principalmente por Gran Bretaña y Estados Unidos.

Es en este marco donde el calificativo de “fuerte” cobra sentido. Una moneda fuerte y estable para ser atractiva en las transacciones internacionales. El actual Euro lo es, lo que aumenta el sentido de oportunidad del momento. No solo empujaría a que masivamente los europeos la usasen. También a los no europeos, especialmente las empresas que nos venden sus productos. Ahora bien, además de tales condiciones económicas, se requiere una infraestructura tecnológica que garantice la usabilidad, la privacidad y la transparencia.

Compras online

Es posible que al hablar de transacciones internacionales nos representemos negociaciones entre grandes corporaciones. Incluso con la intervención de los Estados. Sin embargo, en una economía globalizada como la actual es posible que muchas de nuestras compras online, utilizando una tarjeta de crédito o similar, entren en esa categoría.

De aquí, la acelerada competencia por implantar sistemas de pagos digitales con validez y garantía global. Libra de Facebook lo pretende ser. El otro nombre del Yuan digital, DC/EP (Digital Currency / Electronic Payment), también. Y lo pretenden sin que intervengan bancos comerciales en tales pagos. El retraso en la adopción del Euro digital puede llevar a que los europeos nos veamos comprando cosas online en monedas digitales ajenas al continente. Por un lado, buena parte de nosotros ya estamos en la red social de Zuckerberg. Por otro lado, una notable proporción de los productos que adquirimos salen de las fábricas chinas. En cierta forma, estamos en sus redes.

Productos europeos más competitivos

Inicialmente, un Euro digital fuerte podría perjudicar a los países exportadores, como Alemania, ya que haría menos competitivos sus productos. Se argumenta que, en el largo plazo, obligaría a que los productos europeos fuesen más competitivos, especialmente desde la inversión en innovación. Una mayor competitividad en una situación fuerte en el sistema de transacciones. Se sitúa el Euro digital fuerte como el instrumento estratégico para salir del parón tras el par Brexit-Covid19. Esto, frente a un Euro digital débil que llevaría a falta de competitividad en el medio plazo, desde una situación asimismo débil en el sistema de transacciones.

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Hay otras alternativas. Como que, de manera descoordinada, distintos país de la zona euro lancen su particular CBDC. Cada una de estas monedas digitales lanzadas por renovados bancos centrales de cada país sería, en todo caso, más débil que el relegado Euro digital. Tendrían poca capacidad de oposición a la moneda digital china o a la promovida por fuertes corporaciones tecnológicas.

Fragmentación de Europa

Una tentación de nacionalización de la digitalización del dinero que conduciría a una fragmentación del espacio económico europeo. Es decir, una segmentación de lo que más en común tienen los países del continente. Unos países competerían frontalmente con otros, abriendo la zanja del Euro y, de paso, del proyecto europeo.

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Javier Callejo
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