Princeton, Ciencias Sociales, blockchain y criptomonedas
Princeton, Ciencias Sociales, blockchain y criptomonedas

Princeton llama a las Ciencias Sociales para el estudio de Blockchain y las criptomonedas 

Consciente de que la realidad tecnológica y aplicada de Blockchain y las criptomonedas tiene también una realidad social, la School of Engineering and Applied Science de la prestigiosa Universidad de Princeton ha puesto en marcha una iniciativa para que los académicos de las Ciencias Sociales, Economía, Políticas Públicas y las Humanidades se impliquen más en la comprensión de esta tecnología, como, sobre todo, aceleren el estudio de sus consecuencias sociales.

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Una iniciativa que parte de la asunción de los profundos cambios económicos, políticos y sociales que nos esperan con la extensión de la aplicación de Blockchain. Sobre todo, se justifica la necesidad de esta tarea de análisis, prospectiva y estudio por la propuesta de cambio de modelo de poder que subyace en Blockchain, desde un paradigma de poder centralizado, hacia un paradigma de poder descentralizado.

Princeton, blockchain y criptomonedas

Liderando la propuesta se encuentra el profesor Jaswinder Pal Singh, coautor de uno de los principales textos de inmersión en la tecnología Blockchain. En el comunicado que anuncia la iniciativa, se apunta que Blockchain es, además de una realidad tecnológica, una realidad social y política, que tendrá un gran impacto en estas áreas.

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En el comunicado de la universidad norteamericana, se destaca el nombre de sus exalumnos que están tras la iniciativa, aportando fondos para su fundación y puesta en funcionamiento. Se trata de estudiantes que se graduaron entre 1986 y 1987 y que ahora lideran el ecosistema blockchain, como: Peter L. Briger Jr, principal ejecutivo de Fortress Investment Group; Joseph M. Lubin cofundador de la plataforma Ethereum y CEO y fundador de ConsenSys; Daniel W. Morehead, ejecutivo-jefe de Pantera Capital; y Michael E. Novogratz, ejecutivo-jefe de Galaxy Investment Partners.

Ventajas sociales y políticas

Blockchain y las criptomonedas aceleran así su carrera por el reconocimiento simbólico para superar las reticencias para su adopción masiva, a través de la señalización de sus ventajas sociales y políticas. De hecho, la propuesta parece partir de que, en estos momentos, domina una representación del cuerpo de Blockchain como algo con una gran cabeza tecnológica, llena de ideas y promesas; pero con unas pequeñas patas sociales, que tendrán que crecer enormemente en el futuro inmediato.

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Parece que Blockchain y las criptomonedas están ahí, al alcance de nuestra mano, prometiendo infinitas aplicaciones y funciones; pero chocan aún con el recelo de parte importante de empresas y consumidores, que, en lugar de analizar el fenómeno como una posibilidad de gran transformación económica, lo siguen percibiendo como algo efímero; como una moda. Una percepción especialmente arraigada en el mundo académico de los científicos sociales. Un recelo académico que, en buena parte, deriva de la incomprensión de lo que puede llegar a suponer Blockchain, algo que tiene varias explicaciones.

Transformar las formas de entender el poder

Por un lado, el arraigado ethos de distancia hacia lo tecnológico en algunas de estas disciplinas, encontrándose aún digiriendo las consecuencias para nuestras sociedades y nuestra cultura del primer internet. Por otro lado, la distancia pretendidamente crítica que se dispara en estos ambientes intelectuales, cuando las propuestas de innovación vienen del mundo de la empresa.

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Una distancia que, si bien está más presente en las universidades europeas, ha cobrado un lugar protagonista entre los departamentos de Ciencias Sociales y Humanidades de las universidades norteamericanas, donde se han hecho poderosas líneas de reflexión que, paradójicamente, dicen enfrentarse críticamente al poder, como el postestructuralismo y las políticas de la identidad. No parece casualidad que el comunicado de la Universidad de Princeton haya hecho hincapié en que Blockchain es una tecnología que conlleva la posibilidad de transformar las formas de entender el poder. Al menos, en internet.

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Por todas estas resistencias, Blockchain necesita de un empujón simbólico para insertarse en el mundo académico de las Ciencias Sociales y las Humanidades. Especialmente para enfrentarse a la importante presión de sus detractores, que, cada vez que oyen nombrar las palabras Blockchain o cripto reaccionan como perros de Pavlov con la letanía de las palabras blanqueo de dinero, fraude y gasto energético. En medio, entre los defensores de la eficiencia aplicada de esta tecnología y los rígidos opositores de la intelectualidad de viejo cuño, están los equidistantes escépticos, que definen Blockchain como una solución en busca de un problema.

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Una Web sostenible y bien gobernada

Consciente de algunas de las principales acusaciones sobre Blockchain provenientes de sectores de la sociedad y la academia, especialmente la incidencia medioambiental de Blockchain, Lubin ha subrayado en el anuncio de esta iniciativa la inclusión del concepto sostenibilidad, puesto que: “Nuestra concreción de la promesa de una Web3 depende de que se construya de manera sostenible y bien gobernada, que sea distribuida y resiliente, así como abierta y participativa”. Para ello, subrayó Lubin: “Las ciencias sociales tienen un crucial papel que desempeñar para establecer los principios que deben guiar nuestra innovación, para garantizar que Web3 pueda servir mejor a las comunidades a nivel mundial”.

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Puede entenderse esta iniciativa como una inversión en el capital simbólico de Blockchain. De esta manera, esta prestigiosa universidad norteamericana se convierte en líder de la socialización de Blockchain. Socialización en dos sentidos. El sentido experto, para introducirnos y educarnos en esta tecnología. Socialización como difusión de esta tecnología, para que se comprenda. Para que la comprendamos, a partir de que la comprenda un ámbito tan relativamente resistente a esta tecnología -y a casi todas las tecnologías- como el académico de las disciplinas sociales. Pero, también, socialización como fijación analítica -predicción y, en cierta forma, prescripción- del impacto que puede tener Blockchain en la sociedad. Si la primera es una socialización en Blockchain; la segunda es la socialización de Blockchain.

Instrumento para la sociedad civil solidaria

Los principales actores del ecosistema Blockchain, incluyendo a sus empresarios e inversores, saben que todavía les queda mucha carrera para ganar la batalla simbólica de esta tecnología. Por ello, hay que acelerarla. Es el sentido que adquiere esta iniciativa de la Universidad de Princeton. Otros pasos en la misma dirección, vienen de la propia experiencia histórica.

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De la respuesta que Blockchain y las criptomonedas desarrollan ante acontecimientos que concentran la atención del planeta. Esto es lo que está ocurriendo con el papel de las criptomonedas y los tokens para financiar, de una manera rápida, tanto la resistencia ucraniana, como la ayuda a los refugiados, tras la invasión de Rusia al país bañado por el mar Negro. El flujo de dinero para estas funciones apunta a la eficiencia de este instrumento en manos de la sociedad civil solidaria. Una manera de mostrar a distantes y escépticos el valor de uso de esta tecnología.

*Foto de Wikimedia Commons, un depósito de contenido libre hospedado por la Fundación Wikimedia

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Javier Callejo
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