La cena de Justin Sun con Warren Buffett, una victoria de la economía blockchain sobre la institucional

Apuntaba Veblen en su formidable Teoría de la clase ociosa que la ostentación hunde sus raíces antropológicas en las victorias guerreras. Pues bien, la cena de 2019 que, como desde hace 20 años, el inversionista multimillonario Warren Buffett subasta para recaudar fondos para obras de caridad puede interpretarse como una grosera oda a la ostentación, por la cantidad que pagará el ganador de la subasta en eBay, más de cuatro millones de euros; pero también por significar la victoria de la economía blockchain sobre la economía institucionalizada. Hay que tener en cuenta que el magnate estadounidense se ha mostrado continuamente crítico con respecto a bitcoin, a la que comparó con “veneno para las ratas”. Ahora tendrá que comerse, en la referida cena, su veneno oral compartiendo la misma con Justin Sun, uno de los líderes del mundo blockchain, la tecnología que subyace a la criptomoneda bitcoin.

Sun responde al estereotipo que se convirtió en referencia hace un par de decenios en Occidente: millonario generado a la luz de empresas tecnológicas. Mientras los Gates y Bezos o incluso los Zuckerberg, Page o Brin envejecen irremediablemente; mientras que sus empresas se hacen más poderosas, Sun es un emprendedor tecnológico chino de 29 años, que ha hecho de la descentralización de internet una especie de objetivo personal, haciendo de blockchain su bandera. Algo que quiere ahora mostrar, mediante la subastada cena, a su admirado Buffet, quien no ha dejado de mostrar enorme animadversión hacia bitcoin; aunque no tanto hacia blockchain.

A pesar de su juventud, la trayectoria profesional tecnoempresarial de Justin Sun es larga y, sobre todo, profunda, a pesar de que su figura apenas ha estado en los medios occidentales mainstream. Con la cena buffettiana ha conseguido estar en los desayunos, comidas, meriendas y cenas de este lado del mundo. El futuro comensal de Warren es uno de los primeros egresados de la Universidad de Hupan, fundada por Jack Ma, fundador y presidente ejecutivo de Alibaba. Creando su propia universidad, Ma se resarció del hecho de que fuera diez veces rechazado por Harvard.

Justin Sun es fundador de la Fundación Tron, en principio una entidad sin ánimo de lucro y sobre todo una plataforma global fundada en Singapur con tecnología blockchain y su propio token (TRX) destinada a que puedan desarrollarse las más diversas aplicaciones DApp, especialmente destinadas al juego y el entretenimiento, y principalmente generar lo que denominan el ecosistema Tron. La plataforma tiene millones de seguidores y se caracteriza por estar repleta de instrucciones para facilitar la vida a los usuarios, desde cómo usar Metamask o generar una wallet, hasta diseñar una DApp.

BitTorrent se tokeniza de la mano de TRON

Además, en la actualidad, Sun es consejero delegado de BitTorrent, el protocolo (software) más extendido para el intercambio de archivos punto a punto (P2P) en Internet, con más usuarios activos –intercambiando archivos en un momento dado- que Facebook y Youtube juntos. Desde que Sun aterrizó en BitTorrent ha dado un giro blockchain a la empresa y ya ha anunciado el lanzamiento de su token (BitTorrent: BTT), algo que se hará en la blockchain de TRON como un token de TRC-10. De esta manera, BitTorrent entra a formar parte central del ecosistema Tron.

El joven empresario no deja indiferente a nadie, ni nada de lo que toca, y no ha escatimado esfuerzos de promoción y autopromoción, como, por ejemplo, rodarse de Kobe Bryant en la campaña de lanzamiento del BTT. Ello le ha llevado a ser uno de los protagonistas del primer gran enfrentamiento global en el mundo cripto, a partir de su rivalidad con el creador de Ethereum, Vitalik Buterin. Un enfrentamiento que se inició con un provocativo mensaje de Sun: “TRON es mejor que ETH”, a lo que el canadiense replicó acusando de plagio al chino. A partir de aquí, se han sucedido los golpes entre uno y otro en el ring de Crypto Twitter. Sin embargo, en el pasado mes de abril, Sun emitió un ambiguo mensaje en el que se entreveía una posible colaboración entre Tron y Ethereum, incluso antes de final de año.

Más allá del significado que la cena ganada en la millonaria subasta pueda tener en el imparable ascenso de Sun, simbólicamente este particular mecenazgo le cuesta caro a Buffett, ya que queda subordinado al mundo cripto. Pero, como dice el refrán, por la caridad entra la peste. Y es que las señales simbólicas no son actos huecos o vacíos. Y menos en manos expertas en diseñar estrategias. Como mínimo, ya ha supuesto un paso relevante en la legitimación de blockchain. Y es que, a veces, las inversiones se disfrazan de donaciones.

Observatorio Blockchain
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