Carrefour y Walmart introducen blockchain en una parte importante del sector productivo

La empresa francesa de distribución Carrefour anunció hace unos días la aplicación de blockchain a la merluza de pincho. Así, se puede llegar a saber en todo momento el barco que realizó la pesca, en qué lugar del mundo fue capturada, con qué artes de pesca o en qué lonja fue adquirida por la cadena de supermercados. Tras haberlo implementado en el pollo campero, extiende la aplicación de blockchain al pescado fresco, trazando así su toda la biografía del producto. Carrefour sigue así los pasos de otros grandes de la distribución, como Walmart, que a partir de este año 2019 exigirá a todos sus proveedores de productos alimentarios hacer uso del software blockchain Food Trust, desarrollado por IBM.

Si dos gran compañias de distribución, como Carrefour y Walmart, apuestan por blockchain para que el consumidor pueda reconocer la trayectoria de los productos que pone en sus estanterías y puestos, quiere decir que la onda expansiva de esta tecnología alcanza hasta el origen, hasta los miles de productores e intermediadores que se encuentran en la cadena. Se convierten en una lanzadera para blockchain en una parte importante del sector productivo y, por extensión, del conjunto de nuestras sociedades.

Fuente de valor para la economía de datos

En el caso de los productos alimentarios, además de así buscar ganarse la confianza del consumidor, que no nos den “gato por liebre”, lo más relevante es que se da un paso importante para el logro de los máximos niveles de seguridad alimentaria, ya que, por ejemplo, en cuanto se encuentre un producto en mal estado, la gestión de la localización, identificación y retirada de todo el lote es mucho más rápida, pudiéndose evitar que los consumidores entren en contacto con otros productos que, teniendo el mismo origen, pudieran también estar en mal estado.

Más allá de la funcionalidad relacionada con la seguridad alimentaria, ha de subrayarse el fortalecimiento del vínculo que se establece con el consumidor. Por un lado, ofreciéndole mayor confianza, mayores bases para que el consumidor confíe en el quehacer del distribuidor. Por otro lado, se abre la posibilidad de que no solo el consumidor conozca la trayectoria del producto sino que el distribuidor conozca con exactitud qué producto se ha llevado cada consumidor, lo que es una fuente de valor para la economía de los datos.

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