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El mercado y la tecnología cripto se están comiendo al Estado 

Marc Andreessen Horowitz, en una reciente entrevista concedida al periodista de Bloomberg Noah Smith, para su blog Noahpinion reflexiona sobre el modelo político que se encuentra tras una arquitectura descentralizada del mundo. Para el fundador de Netscape, la lógica cripto es una lógica políticamente de derechas. Lo cripto es una idea de derechas. Claro está, habla condensadamente de la concepción del mundo que se encuentra tras una tecnología como Blockchain. De hecho, Blockchain se configura como la nueva infraestructura del mundo.

Tecnología cripto

Andreessen parte de que lo cripto es una arquitectura que soporta una manera de funcionar el mundo. Algo más importante y profundo que hechos como que la Humanidad se libre del formato nación-estado o la puesta en peligro de la estabilidad económica. Va más allá del dinero, aunque reconoce que el dinero es su efecto más inmediato. Pone el acento en el concepto de consenso distribuido o la capacidad para establecer confianza y consistencia entre participantes que, incluso, pueden desconfiar entre sí.

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Hay que decir que su hipótesis de que lo cripto es una idea de derechas choca, en buena parte, con los orígenes históricos anarquistas en los que se inscribe el mundo cripto. Pero lo que busca Andreessen es el debate cuerpo a cuerpo. Para él, lo cripto representa potencialmente la creación de una categoría de tecnología completamente nueva, agresivamente descentralizada y, por lo tanto, más adaptada a la lógica del emprendimiento y la libre voluntad para llevar a cabo intercambios. Es decir, es una mejor concreción del mercado libre. Asumiendo su punto de vista, es la gobernabilidad desde la lógica del mercado.

El Estado

Parece que Andreessen representa la victoria final del mercado sobre el estado. Quien dijo una vez que el software se estaba comiendo el mundo, hoy parece decirnos que el mercado y la tecnología cripto se están comiendo al Estado.

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Como concreción del mercado libre y con los debidos matices, puede admitirse que, entonces, la idea cripto es más de derechas, que de izquierdas. Para ello, se asume el tradicional esquema que sitúa a la derecha política a favor del mercado, al menos ahí están las posiciones liberales; mientras que se sitúa a la izquierda política asimilada a la defensa de un estado que, cuanto más grande, mejor.

Ahora bien, el propio concepto de consenso distribuido, como modelo político, parece tener implícito la disolución del estado que, al fin de cuentas, es lo que dio el origen a la oposición entre derecha e izquierda. De hecho, son términos derivados de la posición que ocupaban los representantes políticos en las instituciones del estado que se abrían a la presencia de un mayor espectro de categorías de la sociedad, ya fuese esta institución la británica Cámara de los Comunes o la francesa Asamblea Nacional recién salida de la revolución de 1789.

La pandemia como marco

Como en muchos otros ámbitos de nuestra vida, la reflexión tiene como marco el estado de pandemia en el que nos encontramos. De hecho, el histórico fundador de Netscape y de una de las firmas de venture capital más potentes, A16Z, añade pocas cosas nuevas a sus ensayos “It’s Time to Build” y “Technology Saves the World”. Por cierto, el título del segundo parece que ha de tomarse como una respuesta –al menos, como un apunte en sentido contrario- al “To Save Everything. Click Here”, de Morozov.

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Andreessen hace un balance, muy subjetivo, de lo ocurrido durante la pandemia, en el que aparece que el sector privado, liderado por la industria tecnológica norteamericana, ha ganado por goleada al sector público. A este segundo sector le atribuye especialmente una gran lentitud en la administración de la vacuna en el mundo.

Netflix, Disney o Hulu

Su argumento, que está lejos de ser baladí: las redes sociales, los ofertantes de contenidos, internet, los desarrolladores de nuevos programas para agilizar las reuniones entre gente distante, etc. han “estado ahí” desde el primer momento. Netflix, Disney o Hulu cumplieron con su función. Sin embargo, en muchos sitios, al sector público todavía se le espera. No hace referencia a que buena parte de la financiación de la investigación para la obtención de las vacunas ha procedido de fondos públicos. Por eso digo que, su balance, es muy particular.

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Ahora bien, es un balance que le sirve para cargar contra el sector público, al que describe estando en crónico colapso y especialmente empeñado en enfrentarse al sector privado. En lugar de hacer lo que tiene que hacer, facilitar el acceso de la gente a la vivienda, la educación y la sanidad, el estado aparece representado dedicado en exclusiva a hacer la vida imposible a un sector privado que funciona. Un sector privado que, incluso, es capaz de ofrecer tales servicios –vivienda, educación y salud- de una manera más eficiente y, así, cumplir el sueño americano. ¿Cómo se enfrenta el sector público al sector privado? A partir de esposas –de las que se ponen en las muñecas- reguladoras y de políticas públicas destinadas a dañar al sector privado. Parece que el contexto situacional de una entrevista facilita que el mundo sea representado de una manera un tanto esquemática. Sin excesivos matices.

Optimista tecnológico

A lo largo de su exitosa trayectoria profesional, Andreessen nos ha dejado manifiestas huellas de ser un optimista tecnológico. Está lejos de las distopías. Su principio es que, gracias a la tecnología, el mundo será mejor. Es una opción que, igual que la de las distopías, tiene una larga tradición. Pero, sobre todo, también nos ha regalado frases de esas que tienen la capacidad de convertirse en referencia común, sin necesidad de estar en frontispicio alguno. Cabe recordar nuevamente la de el software se come el mundo. Desde luego, el esfuerzo por sintetizar presente y futuro es encomiable. Especialmente en estos tiempos inciertos. La cuestión es que tal forma de exprimir la reflexión tiende a dejar fuera muchos matices y detalles. Tal vez esta es la forma de actuar de los inversores: apuntar sin distracción a un objetivo. Si no, serían profesores dedicados a la continua nota marginal de lo creado por otros.

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Tal vez lo mejor del futuro es que no sabemos nada. Por eso se le puede apuntar. Y, en un principio, todos los caminos son buenos. Aunque unos parecen tener más sentidos que otros. En el caso de Blockchain y lo cripto, se trata de una tecnología tan disruptiva que, por ello, hace aún más difícil trazar líneas de su futuro y del futuro colectivo que puede configurar, si se la admite como tal infraestructura de ese mundo futuro. Quizá, en ese futuro, carezca de sentido hablar de derecha e izquierda, pues estos términos no atraviesan toda la Historia.

Los otros futuros

Ahora bien, lo que parece constatarse cada día es que el software se sigue comiendo el mundo y que pocas cosas hay tan próximas a lo disruptivo y a lo que puede cambiar nuestras formas de vivir que una firma de venture capital. De hecho, trabajan con los otros futuros, con los futuros no lineales. De aquí que suene un poco extraña esa extrapolación de ya viejas categorías políticas hacia esos otros futuros. Bueno, en cierta forma, todo lo nuevo se alimenta de lo viejo. Aunque sea para deglutirlo.

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Javier Callejo
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